14 de abril (Urgente.bo).- La detención hace un mes de la expresidente Jeanine Añez ha movilizado a una gran cantidad de activistas y políticas, las cuales protestan por lo que consideran un ataque a todas las mujeres que se dedican a los asuntos públicos y deben tomar decisiones difíciles en un entorno machista.
Como reflejo de este fenómeno, en los actos de protesta por el primer mes de prisión de Añez, la tribuna principal estuvo exclusivamente ocupada por mujeres: Amparo Carvajal, la presidenta de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos; Chichi Soto, del CONADE; Guadalupe Cárdenas, dirigente de las esposas de policías y militares; Olga Flores, representante de Mujeres por la Justicia y Claudia Bravo, de Unidad Nacional, arroparon a las dos representantes de las víctimas de la persecución judicial, que también son del mismo sexo: Giancarla Hurtado, esposa el exministro Álvaro Coimbra y Carolina Ribera Añez, hija de la expresidente en prisión.
Claudia Bravo explicó la reacción que causó entre las mujeres políticas lo que ella considera “una injusticia flagrante” contra Añez: “Se ha cometido contra Jeanine un caso de acoso político contra la mujer. La expresidente ha sido detenida de noche, sin estar involucrada previamente en el caso, sin respetar su investidura, ha sido exhibida como trofeo de guerra, la han custodiado el ministro de Gobierno y el jefe de Policía. Ha sido desprestigiada por las principales autoridades del gobierno, que han llamado a considerarla culpable sin probar lo que dicen en su contra. Y ahora está en riesgo de enfermar gravemente y están restringidos sus derechos a ver a su familia y sus abogados”. Bravo, infaltable representante de su partido en lo que ella llama “movidas ciudadanas”, se extrañó de que muchas organizaciones feministas que han hecho del acoso político contra las mujeres una de sus líneas de trabajo no se hayan pronunciado sobre el caso de Añez. “Esto nos muestra que en muchos casos las conveniencias políticas se sobreponen a los principios y las causas”, aseveró.
Para Bravo, que ha estado varias veces en vigilias en la puerta de la cárcel de Miraflores en la que se encuentra la expresidenta, la incorporación de Añez al caso denominado “golpe de Estado” está totalmente “traída de los cabellos”. “Ha sido completamente política. La expresidenta estaba en Trinidad y vio la renuncia de Evo Morales por televisión. Ella fue llamada para que ocupara la presidencia en un momento en el que el vacío de poder ya se había dado. Sin embargo, se la acusa de nada menos que terrorismo, como si ella hubiera estado lanzando bombas para lograr la renuncia de Morales. La situación de algunos de los exministros es todavía más absurda. Se los acusa de hacer terrorismo en un momento en el que ni siquiera eran políticos”, recordó.
En el acto del mes de detención, que se realizó en la plaza del Estudiante de La Paz, Carolina Rivera, hija de la expresidenta, afirmó por su parte que pese a todo lo que está pasando, su madre conserva la esperanza de que la consigna de las activistas y mujeres que están en campaña por su libertad se cumplirá: Un país en el que se respete el debido proceso, se cumplan los fueros que concede la Constitución a las máximas autoridades del país y en el que no haya “presos políticos”.
“No hubo golpe en 2019. El gobierno ve como ‘golpe’ un levantamiento popular contra el fraude y el continuismo, debido al narcisismo y los errores de Morales. Deberían ajustar cuentas con él, pero no olvidemos que, pese a todo lo sucedido en el último tiempo, el MAS no ha cambiado y probablemente nunca lo hará. En lugar de autocriticarse, Morales y el MAS quieren revancha del pueblo boliviano, que no les dejó hacer lo que querían”, interpretó Bravo. “Volveremos a hacer lo necesario para detener el autoritarismo”, prometió.