17 de febrero (Urgente.bo).- En la segunda ola, al menos tres periodistas fallecieron a consecuencia del coronavirus. La enfermedad no da tregua y son los reporteros de primera línea quienes arriesgan la vida para ofrecer a la población información. Es por ello que a través de las redes sociales y los entes agremiados piden al gobierno ser los primeros en recibir la vacuna contra el COVID-19.
Augusto Peña, destacado periodista que trabajó en la red Erbol y otros medios escritos, es el más reciente caso de los periodistas que fallecieron a consecuencia de la pandemia, él fue además docente universitario y cerró los ojos el 9 de febrero.
Franz Chávez, director de la Asociación Nacional de Prensa de Bolivia (ANP), pidió a los directores de medios de comunicación hacer llegar las listas de los trabajadores de la prensa infectados con el virus. Indicó que “Es difícil llegar a una aproximación de cuántos están contagiados”, dijo.
¿Pero cuál es la realidad de un periodista en esta ola? Difícil, así la califica Alexander Quispe, periodista Educación Radiofónica de Bolivia, que contrajo el virus por segunda vez. “Vencí la guerra”, aseguró.
La primera vez Quispe y toda su familia, la paso muy mal, casi todo su núcleo familiar fue infectado.
“Me enseñaste mucho, porque te estás llevando millones de vidas sin discriminar a nadie. No fue fácil vencerte, pero con Dios, disciplina y constancia te derroté”, escribió el comunicador en sus redes sociales.
Los que lograron vencer la batalla contra el coronavirus, tienen secuelas. Una fibrosis pulmonar que solo con tratamientos médicos y caros se logran subsanar, los pulmones quedan cristalizados.
“Uno ya no es el mismo, solo con subir las gradas te falta el aire. Si bien uno está vivo, no queda igual y hay el temor a un nuevo contagio, sabemos que el enemigo es invisible y no queda más que cuidarse”, contó otro periodista.
Edwin Flores Araoz y del radialista Carlos Torres Ramírez fueron otros dos que fallecieron por las secuelas de la pandemia.
¿Cuánto costó el tratamiento?
Según Quispe, más de Bs 1.000, pese contar con un seguro en la Caja Nacional de Salud (CNS). Los remedios caseros le ayudaron a luchar contra el virus, un mate de matico, fue el elixir que la ayudó a sobresalir de la batalla.
“El jengibre, la manzanilla con miel y una buena alimentación ayudaron de mucho”, acotó.
Otros de los colegas infectados tuvieron que recurrir a los botellones de oxígeno para tratarse en casa. Tuvo que comprar un botellón en Bs 2.200 y cada recarga le salía entre Bs 80 y Bs 100.
.jpg)
