El bonito discurso del litio contrasta con su dura realidad
Hasta ahora no hay un solo contrato validado por el legislativo. Tampoco hay una normativa definida y el 2025 como año del litio está descartado
El Gerente Interventor de EPSAS hace una evaluación de lo ocurrido desde la crisis del agua. Dice que una vez supera aquella situación que afectó a La Paz y El Alto, ahora EPSAS está trabajando en el concepto de seguridad hídrica. Y asegura que la empresa metropolitana debe tener participación del Estado central.
Martes 31 de Julio de 2018, 6:15pm
La Paz, 31 de julio (Urgentebo).- El ingeniero Humberto Marcel Claure es el gerente interventor de la Empresa Pública Social de Agua y Sanamiento, EPSAS. En esta entrevista hace un repaso breve de las lecciones de la crisis del agua de fines de 2016 y principios de 2017. Y enfatiza en un nuevo concepto en el que están ocupados en la institución: la seguridad hídrica. Y con miras al debate sobre el futuro de la empresa, Claure dice que este periodo demostró que el Estado debe jugar un papel central, que no ve a EPSAS sin la participación del gobierno central.
Tal parece que la crisis del agua ha sido superada. Desde el ámbito de la gestión ¿qué se hizo para hacer frente a semejante desafío?
En este periodo hubo dos etapas. La crisis del agua se produjo en noviembre de 2016, hace unos 20 meses. La crisis fue superada porque la enfrentamos juntos y juntos quiere decir que hubo un trabajo coordinado desde el gobierno nacional, con el gabinete de agua. La crisis la tuvimos desde del 7 de Noviembre hasta 21 de Enero del 2017 y con el trabajo realizado en Hampaturi restablecimos el servicio diario. Esa es la lección aprendida, hubo una respuesta estatal adecuada, Epsas sola no lo hubiera podido hacer. El otro punto es que se definió un plan de emergencia que involucra nueve, de los cuales ya se han entregado cinco.
¿Incluyendo para La Paz y El Alto?
Claro. La respuesta a la emergencia fue concebida para la región metropolitana, la crisis afectó a todos, los que más duro sufrieron fueron los de la zona sur y la ladera este de La Paz. Tuvimos que racionar una parte del Alto. Entonces, el plan es para el área metropolitana. Ahora se está trabajando en el sexto proyecto, la abducción de Milluni, mediante el cual queremos revestir un canal de tierra con tubería de polietileno, queremos entregarlo a mediados de agosto. Se construyen represas en Alpaquita, Pampalarama y Chacaltaya y estamos en construcción de una estación en la cuenca Hampaturi. Las últimas obras estarán para fin de año o primeros meses del 2019. Cada obra tiene una contribución importante, pero estacional.
Hemos trabajado bajo tres conceptos: uno, diversificar las fuentes de agua, no depender de las mismas cuencas. Por ejemplo, antes de la crisis no teníamos Palcoma.
Y ¿cómo ve ahora al plan de emergencias?
El plan de emergencia tiene la lógica de aumentar la capacidad de los embalses, utilizar agua de otras cuencas, incrementar la producción de pozos en El Alto. Hoy tenemos una capacidad de embalse de 12 millones de metros cúbicos. Todas las obras se fueron concatenando, no con la velocidad que esperamos, pero se hizo. Es un combo de obras, no podemos pensar en obras separadas, con el respaldo del presidente Evo. Hace unos días entregamos la planta de tratamiento de agua potable de Chuquiaguillo. Ahora que superamos la crisis, el nuevo paradigma es seguridad hídrica. Estamos más seguros, pero falta un tramo por recorrer, y tenemos que hacer inversiones importantes. En Chuquiaguillo, el vicepresidente Álvaro García habló de una lluvia, de una lluvia de inversiones, para beneficio de los habitantes del área metropolitana.
¿El concepto de seguridad jurídica considera el crecimiento demográfico?
Así es. EPSAS cuenta con un plan maestro, que va desde el 2016 hasta el 2036, de 20 años. Se han planificado las inversiones para 20 años. Tenemos que hacer muchas cosas. Ahora en el área metropolitana tenemos dos millones de habitantes, para el 2036 se estima que vamos a tener 3,5 a 3,7 millones de habitantes, es decir que la población del conurbano integrado por ocho municipios estaría cerca de duplicarses. Hoy EPSAS tiene 16 mil conexiones en Viacha, otras tres mil familias en Laja, tenemos presencia en Achocalla, en Mecapaca, y tenemos un área de desarrollo en Palca. Uno de los objetivos de la Intervención es consolidar a EPSAS como una empresa metropolitana.
Desde el punto de vista normativa, técnico y de recursos humanos, ¿EPSAS fue concebida como una empresa metropolitana?
En la provisión de agua, hay que considerar tres momentos. El primer periodo es de Samapa, que ofreció el servicio por 30 años, y concluyó su periodo con 150 mil usuarios, 150 mil familias, un promedio de cinco mil por año. Luego vino Aguas del Illimani que en 10 años llegó a un crecimiento de 10 mil por año, para sumar 100 mil familias. Y EPSAS hizo 150 mil familias en 10 años, sumó 15 mil familias por año.
Ha aumentado la capacidad de inversión de EPSAS, pero hay que decirlo que sin el apoyo del Estado, EPSAS no pudo haber hecho mucho. No solo en materia financiera, sino también en la de gestión. Ahora bien, en el propósito de atender la demanda de la población urbana, se han rebasado los límites municipales y ya podemos decir que EPSAS es una empresa metropolitana. Hace pocos días, estuvimos con el vicepresidente del Estado en el Distrito 8 de El Alto y allí anunció que el 2020, El Alto tendrá el 100% de cobertura de alcantarillado sanitario, porque en cobertura de agua ya no hay mucho que hacer, gracias a las fuertes inversiones. El Alto fue la ciudad que más programas de inversión Mi Agua ha tenido.
En los hechos, EPSAS ya es un operador metropolitano, tenemos una relación con los ocho municipios, curiosamente los pequeños son los que mejor actitud ofrecen. En este contexto hay que considerar que ninguno de los municipios puede trabajar con su propia empresa, porque no se puede. La gente quiere que EPSAS le provea el servicio en Mecapaca; por ejemplo, hay una cooperativa, pero no puede atender la demanda por su tamaño. Hoy estamos trabajando con su población, las comunidades y su gobierno municipal. Lo mismo sucede con Achocalla. Los municipios del conurbano quieren ser parte de la empresa. Al igual que en las grandes urbes de América se consolida la empresa metropolitana.
Entonces, EPSAS ofrece seguridad hídrica, un plan de inversiones bien estructurado, con inversiones que se van plasmando con el apoyo del Ministerio de Medio Ambiente.
¿En qué tiempo es posible tener 100% de cobertura de agua potable en los ocho municipios del área metropolitana?
Tenemos un plan de abastecimiento para el conurbano, para las áreas urbanas de los ocho municipios. En Mecapaca, Laja y Achocalla, hay una población rural que tienen otros operadores. Creo que la tendencia es que el operador grande absorba al operador pequeño. Eso se va a ir dando. Vamos a ir acompañando el crecimiento del área urbana, porque los operadores pequeños no pueden atender ese crecimiento porque su tamaño no les permite. La Agenda 2025 señala metas de agua y saneamiento, entonces eso significa no solo la instalación de conectores sanitarios sino también la construcción de plantas de tratamiento de agua residual. Hace poco hicimos la licitación para la construcción y mejora de la planta de Puchocollo en El Alto. Estamos trabajando en el proyecto de factibilidad de la planta de tratamiento de agua para La Paz, que se construirá en Mallasa Bajo, con fuerte concurso del gobierno de Mecapaca, y la coordinación entre EPSAS y el Ministerio de Medio Ambiente, que va a tratar las aguas del río Choqueyapu. Es un proyecto de varios años, se trabajará en el diseño con recursos de la cooperación suiza. Tenemos un acuerdo con el gobierno municipal de Viacha para construir la planta de tratamiento de los Distritos 6 y 7. Y como el gobierno municipal de El Alto no pudo construir la planta de Tacachira, conseguimos el financiamiento para hacerlo. Entonces, estamos hablando de cuatro plantas. Vamos a llegar a porcentajes altos del tratamiento de aguas residuales.
Luego de la entrega de la potabilizadora en Chuquiaguillo se abrió una nueva etapa para EPSAS. Estamos sobre las bases para que sea un buen operador del área metropolitana, lo que resta discutir es el gobierno corporativo y los niveles de representación municipal, con los mismos derechos y obligaciones para las alcaldías.
¿Cómo debería ser el futuro de la empresa intervenida? ¿Gestionada por los municipios o por el nivel central?
Lo importante es que no hay que crear una empresa, EPSAS ya existe, ya es una empresa metropolitana. Lo que se discutirá será la forma del gobierno. No debería ser la idea la de echar abajo una empresa con 50 años. Debemos tener en cuenta que la gestión estatal del servicio de agua, no ha fracasado. De la experiencia cotidiana y técnica se llega a la conclusión de que único que puede enfrentar con éxito las tratativas, las consultas públicas, el programa de compensación, las inversiones a largo plazo, es el Gobierno, el Estado. Eso es inocultable. No se puede gestionar el recurso hídrico en las montañas sin el concurso estatal. En la crisis del agua, las autoridades de las comunidades aceptaron los proyectos, porque intervino una persona con nombre y apellido, el presidente Evo Morales, porque es el jefe de Estado. Los actuales niveles tarifarios solo pueden ser mantenidos si se mantiene el subsidio estatal. Por ejemplo, en el caso de la planta potabilizadora de Chuquiaguillo nosotros pagamos el 25%, el 75% fue financiado por el Estado. No puede gestionarse el agua sin la participación del Estado.
Otro tema. Todos los municipios del conurbano tienen problemas de límites que no han podido resolver. Los municipios tienen que hacer un esfuerzo y ponerse de acuerdo y mientras tanto, la gente tiene que estar tranquila porque tendrá agua con EPSAS.
Tenemos que seguir haciendo inversiones, si bajamos el nivel de inversiones, entonces vamos a estar en problemas. Hay que considerar que se viene un periodo de sequía, que es cíclico. Hubo el 2004, el 2010, el 2016 y el 2022 y en términos de gestión está a la vuelta de la esquina.
¿Qué es lo que puede ocurrir el 2022?
Estamos a mediados del 2018 y al 2022 puede venir una sequía. En ese momento nos pondremos a prueba y sabremos si lo que hicimos estuvo bien hecho. Tenemos que preparar a la empresa frente a esa situación.
¿Las inversiones provienen del nivel central?
Así, del nivel central. Las inversiones se hacen a través del Tesoro General de la Nación y tenemos cuatro entidades ejecutoras y toda la coordinación la hace el Ministerio de Medio Ambiente. Lo que se hizo no se podría haber con una sola empresa, no hay supermanes. Esto no se hubiera hecho sin el concurso de todos. Para hacer frente a la crisis del agua, internamente, hemos adoptado medidas duras, se ha separado a personal que no era del rubro, como estudiantes de ciencias políticas. En EPSAS se ha revalorizado el personal técnico, a hombres y mujeres que se ha formado y que están dando lo mejor de sí.
No hay que bajar la guardia. La gente tiene que contribuir a ser racional con el agua y en lo que toca a nosotros, nuestro mensaje es que vamos por más. En los próximos años tenemos que construir la planta de tratamiento de agua de La Paz, la de Puchocollo, en las próximas semanas se va a licitar la ampliación y mejoramiento de la planta de tratamiento de agua potable de Pampahasi, que permitirá no solo tener más agua sino tratada más rápidamente. También vamos a trabajar en la renovación de la tubería desde Pampahasi hasta Alto Obrajes, con el apoyo del Ministerio de Medio Ambiente. La construcción de la seguridad hídrica es un asunto de todos los días, que deja en evidencia que no se puede realizar la gestión del agua sin la participación estatal. Hay que definir el papel de los municipios, pero mientras tanto la gente debe estar segura, no les vamos a abandonar.
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