La Paz, 24 de mayo (Urgentebo).- El oficialista Lenín Moreno tomó posesión de la presidencia de Ecuador este miércoles con la meta de avanzar en el modelo izquierdista conocido como "socialismo del siglo XXI", la huella que deja Rafael Correa en el país ecuatoriano.
Moreno, de 64 años y que sufre una paraplejia, fue juramentado en el Congreso unicameral -controlado aún por el oficialismo- ante una decena de mandatarios latinoamericanos.
Lo hizo tras una ceremonia centrada en despedir a su antecesor, Correa, quien lloró en varios pasajes, sobre todo cuando un niño leyó un mensaje de despedida y luego cuando un grupo cantó una canción alusiva.
Moreno y la herencia de Correa
Licenciado en Administración Pública, Moreno sostiene que "la pasión por la vida nos obliga a profundizar los cambios logrados, defender los avances sociales", según declara en su programa de Gobierno.
Respaldado por la temporal bonanza petrolera, Correa privilegió la inversión y la equidad social, mantuvo subsidios para los combustibles y la electricidad y amplió los bonos económicos para los pobres durante la década de su "revolución ciudadana", que afronta ahora dificultades económicas.
"Presidente del diálogo"
"Es el momento de renovar los compromisos, como el de enfrentar juntos los nuevos retos. Trabajaré por cada uno de ustedes, por los que votaron por mí y por quienes no", dijo Moreno al recibir hace una semana la credencial de mandatario.
En los comicios más reñidos para el correísmo, Lenín -como le llaman sus simpatizantes- ganó el ballotage de abril con 2,3 puntos porcentuales más que el opositor Guillermo Lasso, con lo que el oficialismo suma 14 victorias electorales desde 2006.
La oposición recuperó terreno al aumentar su presencia en el Parlamento (de 137 curules), en la que el oficialismo dejó de tener la mayoría calificada de dos tercios para reformar la Constitución. El oficialismo ahora tiene una mayoría frágil de 74 escaños, frente a los 100 del período 2013-2017.
"Seré el presidente del diálogo", anticipó Moreno, quien entre 2007 y 2013 fue vicepresidente del temperamental Correa.
Correa, en el poder desde enero de 2007 tras ser elegido en tres ocasiones (las dos últimas en primera vuelta), anticipó que se dedicará a su familia y a la academia, sin descartar el regreso a la política.
"Me voy con el corazón repleto de gratitud con mi pueblo, que nunca nos falló", expresó el mandatario saliente el lunes en su cuenta en Twitter.