Mayo 05, 2024 [G]:

La política secuestrada en Bolivia

En este juego de politización se exacerban  posiciones político partidarias, sociales, e incluso raciales más fuertes que en octubre del año pasado.  


Domingo 11 de Octubre de 2020, 1:30pm






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Han degradado la política, tanto que ya no se la entiende como decía Arendt, como la actividad más noble de participación activa en la vida pública en la que todos estamos involucrados, gobernantes y gobernados; la han secuestrado primero la clase política, y desde la crisis sanitaria, el actual gobierno transitorio; porque el eje central de la cuestión es que nos dicen que en este tiempo de crisis social que vivimos por la pandemia del Coronavirus es malo y hasta pecaminoso observar lo más mínimo lo que las autoridades hagan, un argumento parecido al padre estricto que nos dice que lo que hace sobre nosotros es por nuestro bien.

En nuestro caso en particular, venimos arrastrando una crisis política desde finales del año pasado, esta turbulencia fue impulsada principalmente por el oficialismo masista en su momento y que derivó en la situación de ampliación de mandato de un gobierno transitorio a la cabeza de otro partido, a esa se sumó una crisis sanitaria cuyo accionar y resultados hasta ahora hizo crecer aún más la sombra de la incertidumbre sobre nuestro país. Para rematar el mal de males, es más que seguro que en un tiempo corto tendremos una crisis económica.

La crisis política y su secuestro, solamente la vamos a resolver si primero aprendemos a aceptar que politizar lo social como ejercicio del activismo ciudadano en la vida pública es importante desde todas las aristas posibles, porque pedir que exista el elector perfectamente informado no es posible. Por lo mismo la clase política no debería reaccionar ante las observaciones sino recibirlas y digerirlas. Segundo, y muy importante, una medida de shock que resuelva la crisis política es sin duda atender el asunto de las elecciones; por eso a los partidos les corresponde hablar de propuestas y no a atacarse mutuamente, al Tribunal Supremo Electoral presentar propuestas de cómo hacer que el proceso electoral sea llevado adelante de la mejor manera, a las FFAA y la Policía, con el perdón de la ironía, les convendría más dejar de hacer concurso de karaoke por las calles y ponerse a disposición absoluta de la población y del Órgano Electoral.

Sin embargo, en este juego de politización en el que se exacerban  posiciones político partidarias, sociales, e incluso raciales más fuertes que en octubre del año pasado. No se hace más que reducir la política al proselitismo de antaño en que los actores mantienen sus posiciones hablándoles a los suyos, nadie entiende que el sacrificio de acercarse al adversario de turno podría representar una ganancia tan alta que no solamente repercutiría en votos, sino en algo mucho más importante: todos ganamos y la política se revaloriza.

La política es algo tan importante que no la podemos dejar solamente en manos de los políticos, es inevitable esperar que las críticas que emergen en temas controversiales sean desde las más fanáticas hasta las más claras y contundentes, democracia no es solamente eficiencia de gobierno, sino también implica revisar cómo andamos en la protección que tenemos contra los excesos de los gobernantes, más en tiempos de pandemia en los que quienes poseen el poder tienen la tentación de convertir en normal lo excepcional.

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