El Programa “Todos somos víctimas” de la Fundación Cultivarte anunció este fin de semana que el lunes 29 de abril, a horas 9:00 en la Plaza principal de Cochabamba, presentará un texto alusivo a la pederastia clerical con el título: NO A LA IMPUNIDAD, un año después del estallido del caso que vincula al jesuita Alfonso Pedrajas (+) con hechos de abuso sexual
En dicho texto, de autoría del Abogado José Luis Gareca Arias (miembro del Programa “TODOS SOMOS VÍCTIMAS” de la FUNDACIÓN CULTIVARTE) se lee: “El 30 de abril de 2023, el país entero se conmocionaba al anoticiarse por medio de la prensa internacional (“El País” de España) que el sacerdote jesuita Alfonso Pedrajas Moreno (Pica) dejó un diario donde reconoció haber cometido pederastia en contra de menores de edad, en ambientes donde ejercía poder”.
El artículo periodístico que destapó la Caja de Pandora del Abuso de Poder Clerical entre las que destaca la violencia sexual que sacerdotes jesuitas cometieron en varias de sus “obras” durante más de 30 años. Toda esta conducta antijurídica de tantos jesuitas, fue de conocimiento pleno de la Compañía de Jesús, de sus autoridades, quienes se encargaron de echar el manto de la impunidad…, al amparo de la ostentación de su poder en un contexto del saqueo de Bolivia que nos condena a la pobreza”.
Desde esa la fecha señalada, ha pasado un año y los delitos cometidos por la institución denominada Compañía de Jesús de Bolivia continúan en la impunidad; sin embargo, corresponde destacar:
- Irrefutable: Desde la década del 70 hasta los 90, el 87% de los jesuitas en cargos de dirección en el Colegio Juan XXIII abusaron a decenas de menores de edad, estudiantes varones y mujeres.
- En el diario del Pica, se devela (página tras página) la miseria moral de la Compañía de Jesús, que institucionalmente abusó de la buena fe del pueblo de Bolivia y que, por la condición de poder que tiene, manipuló ideológicamente a sus pupilos, abusó sexualmente a decenas de estudiantes y los sometió al silencio mediante mecanismos de cooptación.
- El sacerdote jesuita pederasta (ya fallecido), nunca tuvo pena o remordimiento alguno de sus víctimas o de los delitos que cometía. Se anticipó a sus superiores actuales al considerar que “sus metidas de pata”, su “adicción incontrolable” eran errores que podían lavarse con el detergente de la confesión.
- Las autoridades jesuitas superiores de la Provincia de Bolivia (provinciales) que se rigen por el “derecho canónico” (derecho de la impunidad), por décadas y décadas fueron cómplices y encubridores de la conducta del pederasta de uno de sus miembros y también de la conducta de sus otros tantos miembros jesuitas en otros centros.
- Con los rechazos fundamentados de las fiscalías de materia a todos los procesos iniciados en contra de los sacerdotes abusadores y las imputaciones desorientadoras (imputación por encubrimiento a dos jesuitas ancianos), se pretende evadir el proceso contra la MAE JESUITA. Sin embargo, la demanda de justicia y el evitar la impunidad sigue vigente más que nunca y con mayores elementos.
- Ha pasado un año. La inversión jesuita en todos los ámbitos para imponer la impunidad es manifiesta. Sin embargo, no podrán levantarse de la silla de los acusados y con la sentencia futura deberán comprender a plenitud, que el Abuso de Poder en su faceta de violencia sexual, no son errores, SON DELITOS y no se absuelve con confesiones, “protocolos de escuchas”, ni con “apoyos psicológicos”, sino con sentencia judicial en el marco del debido proceso.
- La lucha contra el abuso de poder clerical y estatal en Bolivia, apenas comienza, y no cesaremos hasta lograr JUSTICIA.
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