Diciembre 23, 2025 -HC-

El ocaso prematuro de Lara


Martes 23 de Diciembre de 2025, 4:00pm






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Cuando uno lee los más recientes comentarios de la gente en las publicaciones de Tik tok de Edman Lara puede advertir que el Vicepresidente ya no goza de la simpatía de la que gozaba el candidato.

La explicación es más o menos sencilla. La gente admite y celebra las ocurrencias “inofensivas” de un aspirante, pero cuando ese personaje se convierte finalmente en autoridad, lo mínimo que se le pide es responsabilidad.

Paradójicamente, Lara dejó de ser influencer el momento en el que juró como vicepresidente, porque la función pública exige una suerte de factura pública diaria por todo lo que uno hace o dice. No se le pide tanto a un influencer.

No se puede ser al mismo tiempo vicepresidente y opositor. Para el común de las personas es como, si en un equipo de fútbol, el segundo jugador más importante no solo metiera goles en contra, sino que los celebrará frente a su hinchada.

Pero Lara tiene un problema adicional: es un jugador sin equipo. Es decir, que si un día dice “vamos por aquí”, de pronto se da cuenta que nadie lo sigue. Eso fue lo que le pasó, por ejemplo, con su “contra-decreto” en la Asamblea, cuando los que en principio se sumaron a su causa después votaron en contra de discutirla en el pleno.

El candidato era un producto de las redes, pero el vicepresidente se ha convertido en una víctima de ellas. Cuando aparecía para proponer cosechaba apoyos por aquí y por allá, era el instrumento de la gente. Pero cuando solo las utiliza para criticar, destruir e insultar, quiere convertir a la gente en su instrumento. Entonces viene el quiebre.

En los comentarios a sus amargas e insultantes intervenciones en el Tik tok – ya dijo que todos los ministros de Paz son unos “pelotudos” – cada vez más gente le dice que si no le gusta como van las cosas y no puede hacer nada para remediarlas, mejor renuncie.

Como en sus tiempos de aspirante, ahora solo critica, pero no propone. Son lujos que se dan los Tik tokers políticos. Construyen su poder desde el cuestionamiento al poder, pero cuando lo ejercen dan la impresión de no saber dónde están parados.

Ahora que el gobierno de Rodrigo Paz enfrenta probablemente el desafío más importante de su gestión – la ejecución de las medidas económicas – la voz crítica de Lara definitivamente no parece la de un defensor de los más pobres, sino la de un “traidor” que cuando el equipo se defiende casi contra su arco, mete a propósito una mano para provocar un penal en contra.

Y la gente, incluso la que en algún momento confió en el famoso capitán, sabe distinguir entre el “traidor” y el “héroe”, y lo que un día fueron aplausos al siguiente pueden convertirse en expresiones de rechazo.

Lara no pudo salir del personaje que creó para llegar al gobierno. Cuando la obra proponía un nuevo guion, él prefirió seguir con el anterior. No es extraño entonces que, al aferrarse al mismo papel, haya quedado hasta cierto punto ajeno a la historia. El protagonista que pasa, prematuramente, del éxito al ocaso que duele tanto a las “estrellas”.

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