No es una novedad la autocrítica como tema de análisis en la ciencia política de izquierda y más aún en los gobiernos que nos denominamos populares o progresistas. Ya Mao Tse Tung (siguiendo a Lenin), hablaba de la autocrítica como parte importante de la vida en el interior del partido y como la única manera de rectificar los errores.
En este sentido, nuestro presidente Luis Arce habló del pluralismo de ideas en el interior del partido para mantener la unidad, cito in extenso: “Podemos tener diferencias, no hay que tener ningún miedo a las diferencias. Las diferencias siempre van a existir, porque son más bien el producto del avance del proceso dialéctico que tiene el instrumento político. En la medida que se avanza, crece, genera hegemonía y en la media que se consolida el proceso, es saludable que haya diferencias (…) Puede haber pluralismo de ideas, pero tiene que haber una sola unidad ideológica en nuestro instrumento político. Si tenemos claridad en ese hecho, vamos a seguir avanzando porque es base de la construcción de nuestro proceso la discusión interna, lo democrático.”
Estas palabras de nuestro presidente no solo amplían el horizonte del MAS-IPSP para continuar con la Revolución, y son de una importancia vital para la sobrevivencia de nuestro Proceso de Cambio, sino que se adecúan perfectamente a lo que el líder histórico de la Revolución China aseveró hace más de 50 años: “Dentro del Partido, la oposición y pugna entre ideas de diversa índole es un hecho frecuente; en el Partido, esto es un reflejo de las contradicciones que existen entre clases, y entre lo nuevo y lo viejo dentro de la sociedad. Si no hubiera contradicciones en el Partido y no hubiera luchas ideológicas para resolverlas, la vida del Partido cesaría.”
Esta similitud entre el presidente Arce y Mao Tse Tung tiene un mismo tronco analítico: es el marxismo y la dialéctica como forma de análisis de la realidad. En este sentido, es muy importante mencionar que la dialéctica, usada para entender el problema actual que estamos viviendo en el interior del MAS-IPSP, nos permite tener una visión holística del fenómeno para entenderlo y por supuesto también resolverlo mediante la autocrítica.
En este sentido, es importante plantear ¿qué es la autocrítica en la Revolución y vista a los ojos de la dialéctica? Para entender esto usaré una metáfora: la crítica es “poner entre paréntesis cualquier criterio de verdad”, es decir, cualquier verdad que la tengamos como definida la ponemos entre paréntesis y la analizamos detalladamente mediante la dialéctica para ver sus causas, sus consecuencias y por supuesto, sus contradicciones.
Entonces, si la crítica es “poner entre paréntesis cualquier criterio de verdad”, la autocrítica es “poner entre paréntesis cualquier criterio de verdad propia”, es decir, analizar lo que uno hace personalmente o colectivamente, en el caso del Proceso de Cambio, analizar qué hicimos como revolucionarios en estos últimos 16 años de Revolución y evaluar los errores y aciertos, para no repetir los primeros y para continuar trabajando con los segundos.
Siguiendo esta argumentación, vuelvo a citar al Timonel de la Revolución China: “(…) en la crítica dentro del Partido, hay que saber cuidarse del subjetivismo, de la arbitrariedad y de la banalización de la crítica; todas las declaraciones deben basarse en hechos y las críticas deben ser políticamente sólidas.”
Esta frase es importantísima, porque no solo dilucida a cabalidad lo que es la crítica (autocrítica), sino que también, ésta debe realizarse de manera honesta y oportuna, no buscando dañar, sino buscando mejorar, no ventilando críticas internas de manera externa, ni tampoco usando especulaciones para atacar a quien dices criticar. Esa es la crítica revolucionaria, todo lo demás es ataques contrarrevolucionarios que tratan de beneficiar a la reacción o a los sectores opositores a la Revolución. Esto es importante destacar, reitero, ante algunos compañeros y compañeras que atacan al presidente Luis Arce, sin justificación buscando únicamente el aprovechamiento personal.
El pluralismo de ideas para fortalecer la unidad y la autocrítica como forma de trabajo interno en el partido, son formas éticas y políticas de trabajar en el interior de la Revolución y deben ser el motor político de la Revolución, dejar de lado ambas, solo provocarán mayor agrietamiento en el interior del MAS y peor aún, la división del instrumento político.
El año 2019 fue una llamada de atención a toda la militancia de que todos los avances sociales y económicos pueden revertirse sino realizamos una autocrítica necesaria y si dejamos de lado los objetivos más amplios de la Revolución y los sustituimos por temas coyunturales o electorales, no debemos dejar que eso vuelva a suceder.
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