Tecnología de punta en Bolivia para el diagnóstico
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Martes 31 de Enero de 2023, 2:00pm
Santa Cruz, 31 de enero (Buen Vivir Digital).- La depresión y los trastornos del sueño tienen una innegable conexión, son como una calle de dos vías. Existen estudios que han demostrado que el insomnio aumenta diez veces el riesgo de desarrollar depresión y de la misma manera, se ha demostrado que la dificultad para dormir es un síntoma común de la depresión.
La psicóloga Marjorie Vásquez hace dicha relación entre ambas patologías. “No se puede decir con exactitud cuál va primero; es decir, cualquiera de los dos puede ser el punto de partida para el otro. Las personas con afecciones del trastorno del sueño, pueden desarrollar fácilmente depresión; pero en otros casos, las dificultades emocionales y cognitivas propias de la depresión pueden causar el trastorno del sueño”, argumentó.
Según la especialista, aproximadamente el 80% de los pacientes depresivos presentan trastornos del sueño. El insomnio es uno de los síntomas más comunes y frecuentes en la depresión, la dificultad más grande se encuentra en el inicio y el mantenimiento de éste; mientras que la hipersomnia es menos frecuente, son menos los pacientes depresivos que manifiestan exceso de sueño.
La hipersomnia es un trastorno del sueño que se caracteriza por una somnolencia extrema sin causa aparente durante el día. Al inducir al paciente a cambios bruscos en el estado de ánimo, suele confundirse con depresión, compartiendo con estos otros síntomas como: cansancio, pérdida de memoria o problemas de atención.
Aunque la depresión es un estado mental generalmente caracterizado por un ánimo bajo y sentimientos de tristeza, asociado a alteraciones del comportamiento, existen estudios que refieren a personas capaces de sonreír, vivir momentos de euforia y felicidad, y aun así tener depresión y problemas de sueño. Esta es la denominada depresión atípica o popularmente conocida como la depresión sonriente.
“Olivia Remes, experta en ansiedad y depresión de la universidad de Cambridge, sostiene que este es un tipo de depresión más difícil de diagnosticar, debido a que generalmente son personas que no tienen ningún motivo aparente para estar tristes, tienen un trabajo, una casa, amigos, pareja e hijos. La ideación suicida, puede ser una señal”, hace referencia Vásquez.
La depresión debe ser diagnosticada y tratada de manera temprana ya que si no es así podría aumentar el riesgo de suicidio y autolesiones.
El estilo de vida actual, lleno de demandas, dificultades para interactuar con el entorno social de manera presencial, la alta competitividad, la violencia en todos los niveles y otros males sociales, aumentan el riesgo del crecimiento de la depresión.
No se pude saber exactamente las causas de la depresión, indica la especialista; sin embargo, menciona que se produce generalmente por la interacción de determinados factores biológicos con factores psicosociales y de personalidad.
Entre los factores biológicos podemos mencionar los hormonales, alteraciones en los neurotransmisores de la serotonina, noradrenalina y dopamina como de componentes genéticos. Y los factores psicosociales se pueden mencionar situaciones estresantes en la vida afectiva, en lo laboral o en las relaciones interpersonales
Se ha estudiado mucho sobre el origen genético de la depresión. Un estudio británico, descubrió que un 40% de las personas que sufren depresión tienen un vínculo genético, por eso se denomina a este tipo, depresión genética.
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