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El ecoturismo, una esperanza para el rey de los Andes

Un estudio del 2007 establece que en Sudamérica existen aproximadamente 6.200 ejemplares de cóndores, el 20% del total está en Bolivia


Miércoles 5 de Junio de 2019, 1:30pm






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El cóndor es el espíritu vivo de Los Andes.  Tiene una profunda significación cultural para los pueblos andinos y es símbolo de poder, orgullo, fuerza, equilibrio y libertad. Pese a todas esas virtudes, está en riesgo de desaparecer y el ecoturismo puede ser una opción para evitar lo peor. En Bolivia esta especie está catalogada como vulnerable, es decir, enfrenta un moderado riesgo de extinción, según el Libro Rojo de la fauna silvestre de vertebrados de Bolivia. Su mayor amenaza es el deterioro de su hábitat y el envenenamiento.

Su significado en el mundo aymara

El cóndor andino (Vultur gryphus) es una especie maravillosa que, por su gran capacidad de planeo, es el sereno guardián del cielo andino. Está entre las aves más grandes del mundo capaces de volar pese a su gran peso (hasta 15 kilogramos) y gran envergadura de alas (3 metros). 

En la cultura aymara lo llaman también Mallku por su enorme dimensión. Creen que trae buenos y malos presagios, asimismo admiran el rito que realizan cuando encuentran un animal muerto porque antes de picar directamente la comida, los cóndores primero abren sus alas a manera de agradecimiento lanzando diferentes graznidos al cielo y luego de ese ritual recién inician la alimentación.

Estudios realizados en 2007 por USAID, establecen que la población total de cóndores en Sudamérica era aproximadamente de 6.200 ejemplares. Datos más actualizados, realizados preliminarmente por la comunidad de expertos, prevén que hoy suman menos de 5.000 animales, distribuidos en la cadena montañosa más larga de la tierra (Andes) conformado por los territorios de Argentina, Chile, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia y parte de Venezuela.

La última estimación que se ha hecho sobre esta especie en Bolivia establece que existe entre 450 y 1200 ejemplares de cóndores en la cordillera Oriental.

“En Bolivia podríamos tener el 20% de la población global. Eso aumenta la responsabilidad como país de conservar a la especie porque tenemos poblaciones razonables todavía”, afirma  el coordinador del Programa de Investigación de aves rapaces en Bolivia, Diego Méndez.

La principal amenaza contra el amo de los Andes es la transformación de su hábitat producto de la actividad humana. También están los casos de envenenamiento deliberados o accidentales por parte de los comunarios que viven en cercanías de las regiones montañosas.

“En la naturaleza todo está perfectamente equilibrado. El puma mata y solo come el hígado y el corazón. Luego viene el cóndor y termina de comer el resto. Entonces ponen veneno para que muera el puma y también afectan al cóndor. La desventaja es que como ellos comen en grupo, con un solo animal que está envenenado pueden morir varios cóndores”, advierte  Fabiola Suárez, técnico de la Dirección de Biodiversidad del MMAyA.

Otra amenaza son los perros asilvestrados (o salvajes) con quienes están en una constante competencia de alimentos. “Los perros son agresivos  y no dejan que los cóndores bajen a comer la carroña”, añade Méndez.

Instituciones se unen en torno al cóndor

En los últimos dos años, diversos expertos e instituciones lanzaron la iniciativa de luchar por la preservación del cóndor de los Andes. En mayo de 2017 se realizó el primer encuentro para la investigación y conservación de esta especie. Este evento es considerado el punto de partida para encausar sistemáticamente diversos planes y políticas en favor del ave a través del Grupo de Trabajo del Cóndor Andino en Bolivia. Una clara muestra de este trabajo es la liberación del primer cóndor hembra silvestre, tras permanecer en rehabilitación durante dos meses en el zoológico Municipal Vesty Pakos Sofro, de la ciudad de La Paz.

El cóndor hembra, a quien bautizaron con el nombre de “Palca”, fue rescatado en el municipio del mismo nombre tras caer de las alturas y no poder nuevamente emprender vuelo. Personal de la Policía Forestal de Medio Ambiente (Pofoma) fue el que encontró al ave en la Iglesia de Palca y la condujo al zoológico, donde estuvo en recuperación dos meses para posteriormente ser reintegrada a su habitat.Además se le colocó un transmisor GPS que permitirá conocer sus movimientos, su altitud de vuelo, su ubicación, su lugar de alimentación y todo lo que rodea su hábitat, con el fin de recopilar información que ayude a la conservación de esta especie, asegura el biólogo, Diego Méndez.

El Grupo de Trabajo del Cóndor Andino en Bolivia, conformado por representantes del Museo Nacional de Historia Natural, la Wildlife Conservation Society (WCS-Bolivia) y el Zoológico Municipal de La Paz, trabaja en un plan de acción nacional para la conservación del cóndor en coordinación con la Dirección General de Biodiversidad y Áreas Protegidas del Ministerio de Medio Ambiente y Agua. “Nuestro deseo es que este año se termine de trabajar el plan de acción y así tener este documento que representará un empuje para la conservación de la biodiversidad”, añade Méndez.

El ecoturismo como alternativa

Dentro del plan de acción nacional para la conservación del cóndor se identificó al ecoturismo como una de las alternativas de solución para su preservación.

“Por ejemplo en Palca, que está a solo una hora de La Paz, los turistas pagarían para ver a los cóndores que existe en la zona y ese dinero llegaría a la comunidad. El ecoturismo o turismo ecológico es la actividad turística que se desarrolla sin alterar el equilibrio del medio ambiente y evitando los daños a la naturaleza. Se trata de una tendencia que busca compatibilizar la industria turística con la ecología.

Se prevé que el documento del plan de acción nacional para la conservación del cóndor, que actualmente está en etapa de desarrollo, esté concluido para su aprobación este 2019, y así, se trabaje con mayor fuerza en beneficio del gigante de los Andes.

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