Abril 30, 2024 [G]:

El desenlace del bloqueo

Es seguro, por lo anterior, que ese bloqueo no implicará ni éxito ni repercusión positiva alguna para sus promotores. El triunfo histórico de anteriores acontecimientos similares se daba por la participación activa de la población indígena y popular.


Martes 30 de Enero de 2024, 5:30pm






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Se dice que los bloqueos de caminos en Bolivia son parte de las formas populares de lucha, y ello es cierto. Están emparentados con el cerco de las ciudades, cuyo prototipo es la guerra de Tupaj Katari, en 1781. En la historia republicana, los bloqueos más memorables fueron los dirigidos por Genaro Flores de la CSUTCB en noviembre de 1979 contra el golpe militar de Natusch Busch y el acaudillado por el Mallku Felipe Quispe, también de la CSTCB, el año 2003 y que concluyó con la renuncia de Gonzalo Sánchez de Lozada a la presidencia de Bolivia.

Siendo la población indígena hasta hace poco eminentemente rural, no es de extrañar que ese método de lucha haya sido unos de los más empleados en sus combates. Sin embargo, como muchos acaeceres histórico, sucede primero como drama y después como comedia. Es lo que parece ocurrir con el actual bloqueo de caminos patrocinado –según las malas lenguas– por Evo Morales: De guerra popular descolonizadora, pasando por táctica en la que se expresa una alianza campo – ciudad para dirimir a nivel nacional cruciales alternativas políticas, el bloqueo de caminos concluye en ser recurso personal de cualquier cacique local para satisfacer sus caprichos y especificas ambiciones.

El actual bloqueo de caminos tiene como declarado objetivo la renuncia de los de los magistrados del Tribunal Constitucional. ¿Es una movilización popular al servicio del país, por la reforma de esa institución y de todo el aparato institucional colonial en Bolivia? En realidad, es solo una mezquina revancha contra los integrantes de ese Tribunal que antes fallaban a favor de Evo Morales y que recientemente decretaron que no podía re postularse indefinidamente como candidato a presidente del país.  Histórico ejemplo de como un método de lucha histórico a servicio de intereses comunes degenerado en simple instrumento de apetitos personales.

Es seguro, por lo anterior, que ese bloqueo no implicará ni éxito ni repercusión positiva alguna para sus promotores. El triunfo histórico de anteriores acontecimientos similares se daba por la participación activa de la población indígena y popular. El pueblo sentía que la agudeza de esa coyuntura reflejaba lo agudo de su postración social, fruto de agravios históricos aun no resueltos. Había también al frente un líder que despertaba confianza y certidumbre. Nada de ello se da ahora.

Los actuales bloqueos, que parecen restringidos por ahora al centro del país, servirán, eso sí, para perjudicar aún más la economía del país y desgastar el crédito y ascendencia del actual presidente Luis Arce, a quien Evo a elegido como su enemigo principal y el contrincante a abatir a cualquier precio. Es por ello que lo que definirá no solo la suerte inmediata de este bloqueo, sino la suerte futura de sus promotores, será la actitud que el gobierno adopte contra ellos. De lo adecuado o no de ello dependerá la estabilidad de la actual administración. Entre las posibles opciones, el gobierno parece elegir la de “matar con la indiferencia”. Los sucesos de los próximos días nos mostraran si esa táctica fue o no la mejor que se debió haber asumido.

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