Mayo 22, 2024 [G]:

El alteño recarga energías con comida al paso

En El Alto, una ciudad con actividad comercial, de servicios y de producción, recargar energías es fundamental para la gente que vive en la joven urbe, razón por la que la alimentación es saturada en carbohidratos y es poco nutritiva.


Miércoles 25 de Abril de 2018, 4:00pm






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El Alto, 25 de abril (Urgentebo).- Un vaso con jugo de quinua y manzana o avena con leche, un plato con wallake o pesk’e para el desayuno. Un plato con fiambre o sopa de fideo o arroz a la valenciana para la sajra hora. Ají de fideo o pescado acompañado de ají de papa, fideo o mote,  sopa de maní con fideo macarrón o un bisté o albóndigas para el almuerzo y pollo a la broaster, salchipapas o hamburguesa para la cena. Esas son las opciones que tiene el alteño cada vez más ocupado y sin tiempo.

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Una vecina de El Alto disfruta del tradicional Pamapku alteño (foto: Alejandro Carrasco)

Es usual ver en las mañanas a mujeres y hombres comprar un mate o  leche al paso mientras se dirigen al trabajo. En la media mañana, hay quienes se toman un descanso para degustar de la merienda. Yen las noches es costumbre comer algo rápido antes de dirigirse a la casa para descansar.

En El Alto, una ciudad con actividad comercial, de servicios y de producción, recargar energías es fundamental para la gente que vive en la joven urbe, razón por la que la alimentación es saturada en carbohidratos y es poco nutritiva.

“Es cierto, la comida de los alteños es alta en carbohidratos, pero eso tiene su justificación y es que la gente es muy trabajadora y necesita recomponer energía. Siempre intento entender por qué fracasó en Bolivia la empresa Mac Donald, pues llego a la conclusión de que en nuestro país tenemos un montón de comida barata que aún nos apetece”, dice el comunicador social e investigador, Marco Quispe.

Es así que los puestos de comida ofrecen los alimentos mencionados a distintos precios y se encuentran ubicados en zonas comerciales y concurridas, en especial cerca de colegios y lugares de trabajo. Es probable que el acceso físico a estos alimentos sea una variable importante vinculada a la alta demanda de estos, no solo para personas de menores ingresos sino para personas de toda economía.

Aun no existe una carta de comida específica que represente o sea típica de El Alto, pero por tratarse de una urbe habitada por migrantes sí se adoptó como suyas al pesque, el fiambre y la sopa de fideo, que se consumen en provincias o urbes aledañas dice el instructor de gastronomía de escuelas Manq’a, chef Gabriel Vargas Quenta.

“El pesk’e, el fiambre o apthapi y la sopa de fideo son los tres platos que representan a El Alto, dos de ellos son saturados en carbohidratos, pero ayudan a reponer fuerzas y es por eso que son consumidos por personas que ejercen una mayor fuerza de trabajo”, añade.

En lo que refiere a los pilares de la seguridad alimentaria, el hecho de que los precios de la comida callejera sean bajos contribuye al acceso económico de los alimentos y es la provisión cotidiana y directa de alimentos frescos, raíz de las relaciones sociales directas con productores rurales, garantiza una mayor disponibilidad de alimentos frescos y a precios competitivos.

El factor tiempo también juega un papel fundamental ya que las presiones relacionadas al trabajo y al ritmo de vida acelerado hacen que la inmediatez de la comida “al paso” sea otro aspecto necesario para que el ciudadano tenga un acceso garantizado y una preferencia por esta opción.

Una investigación realizada por la investigadora Kim Gajraj y plasmada en el libro: “Comida Callejera: Un aporte a la seguridad alimentaria en El Alto” revela que un 84% de las personas comen en puestos callejeros entre 1 y 3 veces por semana y un 25% consume entre 4 y 6 veces por semana.

Otro factor importante es que el 24% de los consumidores elige comer en los puestos de la calle por el factor tiempo. Un 18%  por razones relacionadas al acceso físico y la cercanía de estos puestos a sus fuentes laborales. El 17% se alimenta en la calle por tratarse de una comida rápida y en su mayoría son preparados con alimentos frescos.

“Se identifica que el ahorro de tiempo se relaciona con la discusión sobre la utilidad de tener comida ya preparada disponible en el contexto urbano donde el tiempo es un factor que influye en la seguridad alimentaria”, expresa Gajraj.

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La venta de jugos o infusiones también es característico de El Alto

El 15% de los encuestados por Gajraj citó el precio como razón principal de elección. “La mayoría de los encuestados aseguró también que prefiere comer en los puestos callejeros por ser garantizada en su sabor y frescura, pues las vendedoras sirven la comida delante de ellos y no es como en los restaurantes de dónde sacan la comida ya servida”, acotó.  

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