Chile celebra este domingo elecciones presidenciales y parlamentarias con la novedad histórica de que el voto será obligatorio para los 15,6 millones de ciudadanos, lo que podría duplicar la participación respecto a 2021 y movilizar a un electorado históricamente despolitizado, incluidos jóvenes, migrantes y apolíticos, aumentando la incertidumbre sobre los resultados.
El único antecedente con voto obligatorio y censo automático son los referéndums constitucionales de 2022 y 2023, y las municipales recientes que reflejaron un avance de la derecha.
La campaña estuvo centrada en seguridad, economía y migración. El voto de los migrantes, especialmente de Colombia, Perú, Bolivia y Venezuela, y de los nuevos votantes obligados será clave, ya que podría inclinar la balanza hacia opciones más conservadoras, transformando estas elecciones en un proceso incierto y decisivo para el futuro político de Chile.
(CNN)


