3 de julio (BBC).- "La momia era demasiado frágil y moverla era muy arriesgado. Tuvimos que tener cuidado porque la tela se había vuelto quebradiza".
Con ese panorama se encontró Anupah Sah, el director del departamento de conservación del museo Príncipe de Gales en Bombay, India, cuando examinó una momia egipcia de 4.500 años que pertenece al museo estatal de la ciudad de Hyderabad, al sur del país.
La momia, que se cree fue la princesa egipcia Naishu, hija del faraón VI, posiblemente nacida alrededor del año 2500 AC, es el orgullo del museo desde 1920, pero había caído en un estado de deterioro.
Hace un poco más de un año, curadores descubrieron que la momia había comenzado a desestabilizarse y echarse a perder, en parte debido a la negligencia y a la falta de conocimiento sobre cómo detener la putrefacción.
Los esfuerzos para obtener asesoramiento de expertos de diversos organismos internacionales, entre ellos el Museo Británico de Londres y museos en Egipto, no dieron resultados positivos.
Mientras tanto, la corteza dura y pintada que cubre el cartílago de la momia comenzó a agrietarse y fragmentos comenzaron a desmoronarse en la cara, los hombros y el pecho, mientras que los pies empezaron a quedar exhibidos sin protección
Como resultado, las zonas vendadas comenzaron a estar expuestas, haciendo que se aflojen y desprendan. Esto también tuvo un impacto en los vendajes internos.
Por lo tanto, las desesperadas autoridades del museo acudieron a Sah, quien trabajó en el proyecto entre marzo y abril, junto con un equipo de seis expertos.
La momia de la princesa Naishu ha estado en el Museo del Estado de Hyderabad desde 1920, cuando fue comprada en Egipto por Nazeer Nawaz Jung, yerno de Mir Ali Mehboob Khan, que era el gobernante monarca o Nizam de Hyderabad.
Aunque no está claro si la compró a un coleccionista privado o un museo, se cree que pagó más de US$1.300 por ella.
Jung regaló la momia a la siguiente monarca Nizam, Mir Osman Ali Khan, que lo donó al museo.