Mayo 18, 2024 [G]:

Bombera voluntaria: 'Cuando entras a apagar un fuego, te haces de la idea que ya no vas a salir'

Este es el testimonio de Anahí Paravicini, comunicadora social y bombera voluntaria que estuvo en San José de Chiquitos por dos semanas y que este lunes ingresará a Concepción.


Domingo 8 de Septiembre de 2019, 7:15pm






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8 de septiembre (Urgentebo).-  La muerte de Pablo Miguel Suárez Núñez, bombero que era parte del SAR- Bolivia, generó tristeza en los cientos de voluntarios que se encuentran en la Chiquitania coadyuvando en las labores de sofocación de los fuegos. La situación es dura para las cuadrillas de estas personas que llegan a los municipios afectados con sus propios recursos.

Anahí Paravicini, comunicadora social y bombera voluntaria que estuvo en Aguas Calientes, Aguas Sucias, Taperas, San José y Santa Teresita por 10 días, este lunes ingresará a Concepción y aseguró que si bien no conoció de forma personal al bombero voluntario de 34 años de edad, que falleció paro un paro cardiaco en la comunidad de Palestina, dijo que su partida dejó un profundo vacío.

“Es tan duro el trabajo que cuando entras apagar el fuego, debes hacerte la idea de que no vas a salir. Los vientos cambian de un momento a otro y el fuego te rodea y no sales”, aseguró.

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Foto: Anahí Paravicini

Si bien existe la voluntad para ayudar sofocar las quemas, lo que falta son equipos, argumentó. Cascos, lentes, tapa caras, barbijos especiales, son necesarios.

En su incursión a zonas como Taperas y San José de Chiquitos, fue un tractor oruga que abrió paso a ella y su equipo. Explicó que los terrenos son bastante hostiles y que los lideres brigadistas se encargan de abrir paso con los  machetes, el objetivo es llegar a la cola o en lo contario a la cabecera de un incendio.

En el grupo, unos se encargan de cargar las mochilas de agua, otros los instrumentos. Cuando ya están en la zona del siniestro trabajan entre 15 y 16 horas continuas. Solo hay una o dos horas para descansar e hidratarse. Las altas temperaturas tampoco ayudan a agilizar el trabajo.

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Foto: Miguel Saravia

“Los fuegos cambian, lo que hacíamos era dividirnos para atacar por los dos lados (…). No llegas alcanzar la velocidad del fuego con la velocidad el viento, hay lugares donde el fuego llega hasta los ocho metros de altura;  el piso es caliente, nos quemaban la suela de los botines y todo ese tipo de cosas”, contó Paravicini.

Todo es útil para apagar las quemas, las arena y hasta a veces toco usar las manos para sofocar los focos de calor, señaló. Cuando cae la noche es más factible para combatir los incendios, porque se tiene una vista mucho más clara, recomendó.

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