La Paz, 17 de abril (Urgentebo) .- El sacerdote orureño Guillermo Siles Paz, al cumplir sus 25 años de servicio a la comunidad en el sacerdocio, recuerda a la gente que Dios no está solo en el templo sino también en las calles, y una sociedad que refleje eso. Ese es el sueño que aún hay que trabajarlo, afirmó en una entrevista con Urgentebo.

“Uno descubre cómo vivió su fe, su entrega y se da cuenta de todos los errores y horrores que ha cometido. Uno se da cuenta que Cristo es la clave, si te apartas de él, las cosas cambian radicalmente, porque el sostiene tu vida”, son las palabras de Siles al referirse a sus 25 años de sacerdocio.

El festejo de las bodas de plata en el sacerdocio de Guillermo Siles se celebrará con una misa de acción de gracias el próximo jueves en el Templo San Martín de Porres ubicado en el Tercer Anillo de la ciudad de Santa Cruz.

El padre Guillermo Siles Paz es un Sacerdote y Misionero Oblato de María Inmaculada (OMI). Realizó su formación en filosofía, teología y comunicación social en la Universidad Católica de Bolivia, UCB. Experto en televisión y en radio, con estudios superiores en Comunicación para el Desarrollo en la Universidad San Francisco Xavier (UNSFX) de la ciudad de Sucre.
Como misionero sus primeros pasos fueron en los Centros mineros de Siglo XX y Llallagua de Oruro.

“Estuve cerca de una realidad cruda y dura, la realidad donde el ser humano en sus momentos tristes y alegres, busca una esperanza.  Creo que para mí ha sido un momento muy importante porque ahí empecé mi vida sacerdotal y creo me ha marcado mucho”, rememora Siles

Confiesa haber experimentado de cerca junto a la gente la masacre de Amayapampa por el tema del oro, recuerda también el día que festejaban a la virgen de la región y esa misma jornada murieron once mineros al romperse el winche (tipo ascensor en mina) donde los mineros murieron aplastados, entonces no olvida que mientras festejaban a su patrona, pasaban una multitud cargando los cajones de sus muertos.

Estuvo también como misionero en la ciudad del Alto. Fue superior provincial de los Misioneros Oblatos en Bolivia. Al mismo tiempo miembro de la junta Directiva de la Conferencia Boliviana de Religiosas y religiosos. Trabajó y se formó en Radio Pío XII. Acompañó el proceso de cambio y posicionamiento de ERBOL en la ciudad de La Paz.

“Como sacerdote me fui metiendo en la comunicación a hacer comunicación alternativa, radio alternativa, radio más propositiva y eso me ha acercado mucho a la gente”, enfatiza el sacerdote.

El sacerdote y misionero Oblato confiesa que ser comunicador, ser periodista desde una visión humanista, de solidaridad, de compromiso no es fácil, porque las personas que encarnan este compromiso periodístico van a ser criticados y sufrir persecución, asegura.

Actualmente es Gerente General de Católica de Televisión y parte de la comisión de comunicación del Arzobispado de La Paz. Al referirse a la situación del Canal Católico paceño señala que en la actualidad por un lado se pide tener medios de comunicación alternativos, educativos propositivos objetivos, sin embargo muchas veces se actúa al revés porque buscan medios propagandísticos, medios donde existe una asfixia permanente de control.

“En el canal hemos sufrido mucho en ese tema, a la final no teníamos publicidad porque en esta etapa de reestructurar de tal forma que sea un medio distinto, surgen los slogans de una distribución económica equitativa, y solo se es equitativo cuando piensas igual, cuando halagas”, cuestiona.

Es autor del libro biográfico “Nuestro Papa Francisco”, motivada por quienes sintieron que el sumo pontífice está difundiendo una serie de mensajes que nos deben interpelar y son respuestas a algunas cuestionantes que marcan el espíritu de la época en el mundo actual.

“Yo creo que este Papa nos está ayudando y llevando a varias cosas: a la necesidad de ser más tolerantes, de ayudar más que destruir, perdonarnos entre hermanos. Hoy día el ser humano necesita acercarse al Señor y él está en el necesitado”, recuerda a la gente que Dios no está solo en el templo sino también en las calles, y una sociedad que refleje eso, es el sueño que aún hay que trabajarlo, afirma.

El mensaje del sacerdote stronguista orureño es recordar que Dios siempre camina con nosotros y no nos abandona. Muchas veces empujándonos y otras consolándonos. “Yo confió en Dios y por eso creo que camine y estoy aquí sirviendo al Señor en la comunidad”.

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