Diciembre 18, 2025 -HC-

La Paz: Orgullo, memoria y esperanza


Martes 21 de Octubre de 2025, 7:30am






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Cada 20 de octubre, los paceños volvemos la mirada a nuestra historia para recordar el nacimiento de esta ciudad única, altiva, rebelde y solidaria que lleva en su nombre un anhelo universal: La Paz. No fue fundada por casualidad ni por capricho; fue concebida como un punto de encuentro entre culturas, un espacio de convivencia, trabajo y visión compartida.

Nuestra ciudad no solo fue testigo, sino protagonista de los grandes procesos que forjaron la República. No en vano, entre 1853 y 1859, La Paz tuvo su propia Casa de Moneda, símbolo de su fuerza económica y de su espíritu emprendedor. Ese legado de colaboración entre lo público y lo privado sigue siendo la esencia que nos distingue: una ciudad donde la inversión conjunta debe generar beneficios para todos, no privilegios para unos pocos.

En esta fecha tan especial, celebremos algunos de los logros que los paceños fuimos capaces de construir juntos cuando hubo visión, compromiso y amor por la ciudad.

Con un compromiso con la modernidad, pero también con el patrimonio, modernizamos la Terminal de Buses, respetando el diseño original del maestro Gustave Eiffel, pero dotándola de espacios modernos y funcionales que devolvieron orgullo y comodidad a miles de viajeros.

Con una visión de una ciudad donde la inversión público-privada puede convivir y generar riqueza, se fortaleció EMAVIAS, dándole un nuevo giro empresarial con la creación de pavimento rígido a partir de recursos naturales provenientes de la zona sur. Este proyecto representó una mirada de desarrollo sostenible que unía la técnica, la economía local y el bien para todos. De la misma manera, EMAVERDE se proyectó hacia el futuro con la creación de muebles escolares elaborados con plastimadera, fruto del reciclaje y la innovación. Estos pupitres, hoy presentes en varias unidades educativas, demostraron que una ciudad moderna también puede ser ecológica, creativa y solidaria.

Con un respeto profundo al ecosistema y a la naturaleza, transformamos el Zoológico Vesty Pakos en un Bioparque Municipal, un espacio de conservación y educación ambiental donde se logró preservar especies en peligro de extinción como la rana gigante del Lago Titicaca y los flamencos andinos. Desde allí, logramos reinsertar a su hábitat natural a 27 animales silvestres, entre ellos cuatro cóndores, un gato andino, un puma, aguiluchos, halcones, alkamaris, culebras y anfibios. Cada vida devuelta a la naturaleza fue una victoria de la conciencia paceña sobre la indiferencia.

Con una mirada de modernidad y eficiencia, se implementó un nuevo sistema de recolección de basura, que permitió mejorar el servicio y sentar las bases para un modelo sostenible de gestión de residuos.

Con una visión de cuidado de nuestro entorno, se construyó la Planta de Tratamiento de Aguas en el Centro Municipal de Faeno, una obra pensada para preservar nuestros ríos y mitigar el impacto ambiental, reafirmando que la salud de la ciudad depende también del equilibrio con la naturaleza.

Con una visión de protección de los servicios ciudadanos, modernizamos los servicios higiénicos municipales, garantizando espacios limpios, seguros y dignos; impulsamos los parqueos municipales, que ofrecieron orden, seguridad vehicular y tecnología en el cobro; y construimos megapabellones en el Cementerio General, para que los paceños pudieran visitar a sus seres queridos con respeto y dignidad.

Y con una lucha intensa y valiente, impulsamos la creación de la Empresa Metropolitana de Agua, buscando que el servicio de agua sea parte de las competencias municipales y responda directamente al pueblo paceño. Fue un proyecto que defendió la autonomía y la justicia social, pero que hoy, lamentablemente, yace olvidado o es presentado como ajeno por una gestión que no ha mostrado avances reales.

Estos logros no fueron de una persona ni de una gestión, sino de todos los paceños que creímos que La Paz podía ser moderna sin perder su esencia, que podía innovar sin olvidar su historia.

Pero hoy, con la misma pasión con la que celebramos, debemos mirar con preocupación el rumbo actual de nuestra ciudad. Lo que fue orgullo hoy enfrenta sombras: el acoso laboral y político campea en el Gobierno Municipal, la corrupción se ha normalizado, la improvisación gobierna y la falta de obras verdaderas desalienta la esperanza de los ciudadanos.

No podemos aceptar que la gestión municipal se reduzca a pintar piedras, asfalto o paredes, mientras las verdaderas necesidades quedan sepultadas bajo el abandono. No podemos permitir que la borrachera del poder sustituya la vocación de servicio.

Hoy más que nunca, debemos recuperar el orgullo de ser paceños. Que el cansancio ciudadano se convierta en fuerza transformadora, que la indignación se transforme en esperanza, y que la unidad nos devuelva el rumbo.

La Paz merece un cambio. Merece volver a ser la ciudad que inspira, que lidera, que abraza su historia y construye su futuro con dignidad.

En este 20 de octubre, celebremos con emoción, pero también con compromiso: que la próxima página de nuestra historia sea escrita con trabajo, esfuerzo, honestidad y con amor por nuestra ciudad eterna.

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