La Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI) aseguró este martes que la cartera diferida, reprogramada o refinanciada ha disminuido significativamente en esta gestión, lo que demuestra que la cartera de créditos goza de buena salud.
A fines de la gestión 2020, el monto de la cartera diferida se aproximaba a los Bs20.000 millones, hoy se ha reducido significativamente, en un 54%, al punto de que el saldo es de Bs 9.000 millones. Dicho dato ratifica el éxito de las medidas aplicadas, debido a que se constituyó en un alivio para la mayoría de los prestatarios que habían afrontado dificultades efecto de la pandemia y de las inadecuadas políticas y económicas adoptadas por el gobierno transitorio en 2020, sin afectar la solvencia de las entidades, señala la ASFI.
A la fecha, el saldo de la cartera diferida representa solo el 4% de la cartera total del sistema financiero, porque el 40% de los préstamos ya fueron pagados en su totalidad, aun cuando pudieron permanecer en su estado diferido hasta el final del cronograma de pagos, hecho que demuestra los beneficios que genera el proceso de reconstrucción y reactivación de la economía que está siendo impulsado por el gobierno central.
Por otra parte, los mecanismos de reprogramación y/o refinanciamiento, con la incorporación de períodos de gracia y prórroga, hicieron posible que miles de bolivianos logren una pausa en el pago de sus obligaciones y luego los retomaron, como resultado de la recuperación y normalización de sus actividades económicas, preservando la buena calidad del portafolio crediticio.
Según los reportes de las Entidades de Intermediación Financiera, el 43% del valor de las cuotas diferidas en 2020 goza de una reprogramación, cifra cercana a Bs 4.000 millones, observándose que casi la totalidad de los deudores viene cancelando sus cuotas con normalidad.
“Hay unos pocos casos que presentan algún retraso, específicamente el 0,1% de la cartera total del sistema financiero, y que ya forman parte del índice de mora que esta Autoridad pública periódicamente”, dijo la ASFI.
Todos aquellos datos ponen en evidencia que los analistas, cuando atribuyen un inexistente riesgo a los créditos diferidos, reprogramados o refinanciados, “muestran un desconocimiento evidente acerca del comportamiento de estas variables, con clara intención de confundir a la población con aseveraciones erradas sobre la base de ejercicios numéricos imprecisos y carentes de fundamento técnico”, sostiene la ASFI.
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