6 de junio (Urgente.bo).- La exministra de Comunicación, Roxana Lizarraga, se refirió este domingo al papel que desempeñó Arturo Murillo durante el gobierno de transición y aseguró que la presidenta Jeanine Añez le dio el poder al exministro de Gobierno, quien actualmente esta arrestado en Estados Unidos acusado de soborno y conspiración para cometer lavado de dinero.
Respecto al rol del exministro de Gobierno, durante la gestión de Añez, Lizárraga fue puntual al asegurar que la propia expresidenta fue quien le dio el poder que llegó a tener.
“El poder se lo dio la misma presidenta Jeanine Añez, porque al final el decidía. Yo tuve varios encontrones dentro del gabinete con Arturo Murillo por las posiciones que tenía, me parecía que en ningún momento hubiera participado en el Legislativo porque se quería saltar siempre las normas y las reglas”, sostuvo Lizárraga en entrevista con Asuntos Centrales.
La exautoridad aclaró que ella no tiene ninguna responsabilidad en la compra de los gases lacrimógenos, ya que cuando se emitió el Decreto Supremo ella ya había dejado su cargo.
“Un día llegó fatigado y molesto a una reunión de gabinete. Nos dijo entonces que no lo podían llevar ahí por cinco muertos. Que no era necesario que estén todos los ministros, sino que lo hagamos entre los del área, los cumpas que nos conocemos”, añadió.
Cabe mencionar que Murillo fue uno de los hombres de perfil más alto durante la presidencia interina de Áñez, quien asumió a finales de 2019 tras la renuncia forzada de Evo Morales.
Desde su cartera, Murillo jugó un papel central en perseguir a Morales y otros integrantes de su partido bajo cargos de sedición y terrorismo, a la vez que fue criticado por su rol en las violenta represión policial y militar a las protestas posteriores a la salida del exmandatario, en las que murieron decenas de personas.
Murillo enfrenta una orden de detención en Bolivia por el supuesto sobreprecio en la adquisición de material antidisturbios durante el Gobierno transitorio de Jeanine Añez.
Estados Unidos investiga una posible trama de sobornos que involucra a exfuncionarios del Gobierno interino de Bolivia y a ciudadanos estadounidenses que intentaron hacer negocios con el Ejecutivo.
De acuerdo a las autoridades estadounidenses, los tres norteamericanos habrían pagado 602.000 dólares en sobornos en beneficio de Murillo, Méndez y de otro exfuncionario boliviano no identificado a cambio de asegurar un contrato de 5,6 millones de dólares para la entrega de gas lacrimógeno y "otros equipos no letales" al Ministerio de Defensa de Bolivia. Según la investigación, estos episodios ocurrieron entre noviembre de 2019 y abril de 2020.
Luis Berkman y Bryan Berkman habrían lavado los pagos a los funcionarios bolivianos a través de cuentas bancarias en Florida y Bolivia, y habrían organizado pagos en efectivo de 582.000 dólares a Murillo y su exjefe de Gabinete, Sergio Rodrigo Méndez Mendizábal.
Los acusados enfrentan cargos de soborno y conspiración para cometer lavado de dinero y podrían sufrir penas de hasta 20 años de prisión.
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