El año 2004, en el Museo Nacional de Arte, a media cuadra del Palacio Quemado de la plaza Murillo, se realizó una muestra en homenaje al centenario del nacimiento del artista boliviano Miguel Alandia Pantoja(1914- 1975) con algunas de sus obras y réplicas de sus murales. Para acentuar su compromiso político revolucionario, se puso como fondo musical La Internacional, el himno de los comunistas del mundo que, durante casi un mes, estuvo resonando en las salas del museo. A muchos visitantes les chocaba y para otros, era una idea magnífica porque les permitía entender sus obras sin necesidad de guía. Todo estaba explícito para que el público entendiera porque el año 1965, durante la dictadura restauradora del General Barrientos, sus murales del hall del Palacio fueron destruidos a picotazos. Estas obras públicas, ejecutadas durante el gobierno de Paz Estensoro, mostraban el papel servil de las Fuerzas Armadas a los intereses de grupos oligárquicos que explotaban las minas y eran dueños de enormes latifundios que mantenían a las mayorías en un endémico estado de pobreza, sometiendo a los pueblos originarios a la exclusión y al ostracismo. En varias escenas se aprecian las conquistas sangrientas de la revolución del 9 de abril de 1952. Estas formas y colores distribuidos estéticamente, reemplazaban a los textos didácticos para explicar el proceso revolucionario y quienes eran los que impedían la construcción de un estado más justo e incluyente.Ahora, después de cinco años, en el Tambo Quirquincho, con el auspicio de la Secretaria de Culturas del gobierno Autónomo Municipal de La Paz y el concurso de la familia del maestro, podemos apreciar una muestra de mayor aliento y con la primicia de ver los bocetos previos de su trabajo y del mural que comentamos.
Si Miguel Alandia Pantoja no hubiera dejado su país para morir exiliado en Lima el año 1975 y viviera ahora ¿Qué hubiera pintado en sus murales?
Seguramente mostraría la masacre de Senkata y Sacaba, ejecutada por el grupo de élite del ejército boliviano y que fueran declarados” héroes” por este acto, por el ministro de ¿defensa? censurado por la Asamblea para que explique quién dio la orden para matar. Sin embargo, en un acto autoritario y burlándose de la Constitución Política del Estado, la presidente del Estado, Sra. Añez, le premia con la ratificación a su cargo. Suponemos que la mostraría a esta como a la primera dictadora mujer de Sudamérica.
El afán enfermizo de perseguir a los opositores del actual régimen, ha instalado el síndrome de la Gestapo en el Ministro de gobierno Murillo que, muy orondo, otorga cargos públicos como si fuera el dueño del presupuesto del estado y aparte de hacerlo en favor de su hermana, nombra funcionaria a una viuda de su bando y omite a los masacrados por el ejército. En una inexplicable forma de caridad cristiana, se olvida de los huérfanos y viudas de las 35 familias. El maestro Alandia Pantoja lo mostraría con una máscara de cura bueno y un puñal oculto entre las mangas, una cola y una esvástica en su frente.
Al empresario Doria Medina, lo retrataría devorando las empresas del Estado en una gran mesa, entre los comensales estarían los grupos del Comité Cívico de Santa Cruz, en un festín dónde cada corporación se adueñaría a precio de gallina anémica de Entel, otro grupo de la empresa aérea BOA; representaría una ch’ampa guerra entre grupos transnacionales y nacionales disputándose YPFB y los campos de litio de Uyuni, amén de las minas de Catavi.
En el mural Historia de la Medicina, que se puede ver en el Hospital Obrero, Alandia Pantoja expresó la función social de médicos. En ella muestra los orígenes de la ciencia, un yatiri chamán, tres científicos y en el lado derecho, médicos atendiendo a obreros y gente de la tercera edad. Ahora se espantaría al constatar que en Santa Cruz, la población de la clase media y baja no tiene una pizca de sensibilidad y solidaridad, que los médicos bloquean los hospitales para impedir que una ciudadana boliviana con los síntomas del Corona virus no pueda acudir a curarse. Se preguntaría, asombrado ¿Qué pasó con las pititas? Alandia Pantoja, a estas alturas, ya estaría preso por sedicioso o exiliado, estamos seguros.
//