La Paz, 24 de abril (Urgentebo).- El 12 abril reciente, el movimiento de mujeres “Ñaro”(mujer rebelde) solicitó al Ministerio de Salud que los ambientes del embargado Hotel Plaza se convierta en Hospital Oncológico para niños con cáncer, ya que la infraestructura reúne las condiciones para esta necesidad, aseguró Olga Flores, representante del colectivo ciudadano a este medio.
“Es una enorme infraestructura de 17 pisos, de 165 habitaciones, más de 350 camas. Tiene dos restaurantes en consecuencia dos cocinas, salas que pueden ser adaptadas para quirófano. Ese es nuestro pedido clamoroso y escribimos que estos ambientes pasen a disposición a disposición de los niños que en este momento están con tratamiento oncológico en el Hospital del Niño Dr. Ovidio Aliaga Uría”, aseguró Flores.
Actualmente el acceso al hotel Plaza, ubicado en El Prado paceño, es ocupado por comerciantes minoristas de diferentes productos, entre alimenticios y artesanías.
Según el movimiento de mujeres “Ñaro”, actualmente la situación de los niños con cáncer es dramática, ya que es crítica la falta de equipamiento, medicamentos y si no fuera por el apoyo de fundaciones humanitarias la situación sería aún más dura. Actualmente los familiares duermen en el suelo, en los pasillos.
“Estamos hablando de una ciudad con dos millones de habitantes para un hospital de más de cuarenta años y que está prácticamente colapsado, para nosotras es muy doloroso pensar que los niños no tengan derecho a la salud porque sus padres no tienen dinero, en ese sentido creemos que esto de la salud es prioritaria”, afirmó Olga Flores.
Giovanna Paz, miembro del movimiento de mujeres, afirma que la construcción de un nuevo Hospital Oncológico tomaría alrededor de dos años en el mejor de los casos. Entonces, ante la imperiosa necesidad de los niños enfermos, proponen esta alternativa que consideran acorde a las necesidades de esta población y de los familiares que acompañan el tratamiento.
“En enero los familiares hicieron una actividad para conseguir material y ahora no tienen lugar dónde colocar, cuando más bien a este lugar se le podría dar un buen uso. El gobierno da regalos a la COB, y por qué no a los niños. Este lugar que está sin uso ni beneficio para la ciudadanía, que está en un lugar céntrico; tranquilamente puede ser para atender a niños y adolescentes con esta enfermedad”, dijo Paz.
Este colectivo ciudadano de mujeres afirma que de existir una respuesta favorable del gobierno, se tomaría como dos meses para adaptar al lugar con el apoyo de fundaciones que están dispuestas a trabajar en esta tarea. “El Hotel Plaza es una infraestructura que reúne las condiciones, porque nuestros niños se merecen tener una atención de calidad y si no tienen éxito en el tratamiento también merecen morir con dignidad”, afirmó Paz.
El movimiento de mujeres rebeldes “Ñaro” asegura que a la fecha no tuvieron respuesta a la nota escrita y anticipan que si no logran una respuesta, no claudicarán. “Habrá óbices como cuestiones legales o administrativas, pero si existe la voluntad, se va a hacer”, asegura su representante Olga Flores.
De acuerdo con estimaciones del Ministerio de Salud, cada año se registran en promedio 150 nuevos casos de cáncer infantil en el país, especialmente de sangre (leucemia), hígado, huesos y retina, así como la elevada tasa de mortalidad en esta población. Según el Instituto Boliviano Contra el Cáncer Infantil, se registra una elevada tasa de mortalidad entre los menores que padecen esta dolencia: un 70%, más que en los países desarrollados.
“Hiere a nuestra sensibilidad ver que se pierden vidas de niños y niñas porque en nuestro país a pesar del crecimiento económico en doce años no se han construido un hospital oncológico infantil y destinado suficientes recursos para equipar y tratar esta pandemia en nuestro tiempo”.
Según informe presentado en pasadas gestiones por el ex defensor del Pueblo, Rolando Villena, entre el 25% y 30% de niños enfermos con cáncer abandonan el tratamiento, las causas principales son la falta de apoyo de la familia, la distancia entre el lugar donde habita y el hospital, los permisos de trabajo para la madre o el padre que tiene que acompañar al paciente, la falta de conocimiento sobre el proceso médico, la falta de un ambiente para que el padre se quede a dormir, entre otros.
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