La Paz, 28 de agosto (Urgentebo).- Existen cinco causas por las que los adolescentes de las ciudades de El Alto y La Paz, comprendidos entre 13 a 18 años, pueden caer en las adiciones del consumo de alcohol, droga o dedicarse de manera obsesiva a los videojuegos.
En el informe de Problemáticas del Adolescente, elaborado por las fundaciones Pazos Kanki, Samuel Doria Medica y la Casa del Adolescente, específica varias dificultades por las que pasan los jóvenes, entre estas se hallan el excesivo consumo de alucinógenos y bebida y dedicarle muchas horas al día a los juegos de video.
En tal sentido, el texto detalla que la primera causa son los problemas en la familia y emocionales, debido a que muchos adolescentes beben alcohol para escapar de sus problemas, a su vez esta adicciones puede dificultar su capacidad de relacionarse con otras personas y los hace muchos más influenciables.
Segundo, la falta de comunicación y supervisión. “Los expertos observan que hay descuido de los padres o responsables, y eso se convierte en una incitación al consumo de bebidas alcohólicas, de drogas o a la dependencia de los juegos”, señala parte del documento.
Tercero, el juego aprendido; los jóvenes en el contexto social y cultural de las urbes paceña y alteña, en ocasiones comienzan a beber y drogarse para imitar lo que ven fuera y dentro de casa, además usar los estupefacientes y el alcohol para explorar sus afectos emocionales.
Cuarto, influencia de Pares: psicólogos y pedagogos en este punto coinciden que los jóvenes, especialmente los mayores a 13 años, son presionados por sus similares para consumir alcohol, entonces muchos de ellos beber para ingresar a determinados grupos sociales.
Quinto, la falta de responsabilidad, esto se da “cuando los padres están ocupados en otras actividades, los adolescentes no tienen tareas u obligaciones, y viven una vida desconocida por sus padres. Tampoco son motivados a realizar actividades deportivas, en las que desarrollen sus aptitudes y refuercen sus conocimientos. Se observa que los padres no establecen reglas claras respecto a salidas, horarios, gasto de dinero e información sobre dónde se encuentran los hijos”.
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