12 de marzo (Urgente.bo).- La principal actividad económica en la ciudad de El Alto es el comercio, las veredas y calles son aprovechadas por gente que instala sus puestos a fin de ofrecer una variedad de productos. En un recorrido por el sitio, se constata que niños venden solos y otros en compañía de sus padres, pero en horario de clases.
Solamente en una cuadra, entre la avenida 6 de Marzo y la calle 2, se hallan al menos cuatro niños, quienes pese a las inclemencias del clima y otras dificultades se disponen a vender.
Además, pese a estar acompañados por sus padres, los infantes se exponen a diversos peligros y en la mayoría de los casos no cuentan con las medidas de bioseguridad para evitar el contagio por coronavirus.
Un estudio de la Fundación Sepa en 2020, cuyo presidente del directorio es Guillermo Dávalos, se informó que debido a las necesidades económicas, la pobreza aumentó en un 10% durante tres meses de cuarentena.
Asimismo, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que el trabajo infantil en el mundo lo realizan 152 millones de niños, de los cuales 73 millones llevan a cabo labores peligrosas.
En la calle Tiwanaku donde se instala gran cantidad de comerciantes, se encontró a doña Juana (nombre ficticio) quien ofrece gelatinas en compañía de sus tres hijos, dos pequeños de aproximadamente 6 y 7 años y un bebé en brazos. Dos cuadras arriba, una madre y su niño de aproximadamente 5 años venden choclos y papel higiénico.
Las edades son diversas y cada situación diferente, además, esta realidad se repite en otras zonas de la urbe. En la avenida Juan Pablo II, cerca al tránsito de la Ceja, a simple vista se encuentran tres niños de aproximadamente 11 y 12 años que ofrecen barbijos desde Bs.1.
Aunque no se cuenta con datos recientes, se conoce que el 27,9 por ciento (848.000) de niños y adolescentes de 5 a 17 años en Bolivia está ocupado en actividades económicas por lo menos una hora a la semana, de acuerdo con los datos de la Encuesta de Trabajo Infantil (ETI) realizada en 2008.
