La Paz, 27 de diciembre (Urgentebo.com).- María Galindo, quien a través de Mujeres Creando brinda apoyo jurídico a María Soledad Siñani, mujer que mató a su esposo luego de encontrarlo infraganti violando a su hija de 14 años; teme por la seguridad de la mujer y su hija una vez cumpla con la detención domiciliaria en su casa ubicada en una comunidad del municipio de Pucarani de La Paz.
“Saldrá de la cárcel de Obrajes a la cárcel de la comunidad, donde enfrentará muchísimos problemas, donde un contexto machista y cruel probablemente no la deje insertarse, porque representaría un mal ejemplo”.
Galindo confiesa que ofrecieron los ambientes de la casa Virgen de los Deseos para María Soledad y su hija, pero ella se negó y en el poco castellano que habla afirmó, “Yo no he hecho nada malo, solo he defendido a mi hija”.
Ante el temor que las dos mujeres sean agredidas, María Galindo asegura que hablaron con las dos hermanas de María para que la acompañen y protejan de cualquier hostilidad proveniente de su comunidad.
“Su propia comunidad fue quien la entregó a las autoridades y la denunció, ellos incluso le despojaron de los papeles de su tierra”, lamentó.
Cuando Mujeres Creando se hizo cargo del caso, María Soledad ya se había declarado culpable a sugerencia del abogado de defensa pública, quien según Galindo, ni hablaba aymara, el idioma de María Soledad, para entender lo que realmente había pasado.
Desde hace seis meses María Soledad está recluida en el Centro de Orientación Femenina de Obrajes y el pasado 24 de diciembre fue beneficiada con detención domiciliaria. Saldrá de la cárcel una vez presente dos garantes y trámite su arraigo. Mientras tanto su única hija, después de haber sido víctima de violación, vive sola en su comunidad al cuidado de sus cinco vacas que son su medio de subsistencia.
“La niña en el colegio ha sido hostigada mucho tiempo, no le hablaba nadie. La comunidad ordenó que la empresa Delicia deje de comprarle leche, la verdad una situación muy dramática”.
Después del hecho la niña había decidido ya no asistir al colegio, pero gracias al apoyo de una profesora terminó el año escolar e incluso cobró el Bono Juancito Pinto para entregárselo inmediatamente a su madre.
A pesar de que ya no podía vender la leche a Delicia, se dio los modos para seguir haciéndolo por terceros.
“María Soledad es para nosotras un gran ejemplo de legítima defensa de su hija y creemos que jamás debió ir a parar a la cárcel, pero estamos sumergidas en un sistema jurídico que no le ofreció protección, que no le ofreció un juicio justo, pero que sí la ha condenado”.
