Abril 30, 2025 -HC-

Las claves para entender las elecciones de la Constituyente en Venezuela

Urgentebo presenta algunas claves para entender el proceso constituyente de Maduro.


Viernes 28 de Julio de 2017, 11:45am






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La Paz, 28 de julio (Urgentebo).- Venezuela irá a las urnas este domingo, en una votación que podría marcar un antes y un después en la historia del país caribeño.

El presidente Nicolás Maduro ha convocado elecciones para una Asamblea Nacional Constituyente este domingo 30 de julio, en las que se elegirán a la mayoría de sus miembros, que serán investidos con la responsabilidad de redactar un nuevo texto constitucional para el país.

Posteriormente, el documento será sometido a referéndum. La oposición ha llamado a boicotear el proceso, y a un parón de 48 horas desde el pasado miércoles en el que se han producido importantes disturbios y varios muertos. Un escenario que ya parece habitual, pero en esta ocasión hay algunos elementos que lo hacen diferente.

Urgentebo presenta algunas claves para entender el proceso constituyente de Maduro, gracias a la información difundida por distintos medios venezolanos e internacionales.

¿Por qué es tan importante?

Hasta ahora, a pesar de los s esfuerzos que el chavismo ha dedicado a controlar las instituciones venezolanas, estas seguían esencialmente en pie: un cambio de gobierno habría permitido mantener el sistema democrático en Venezuela. Lo que plantea ahora Maduro va mucho más allá: mediante una nueva constitución -necesaria para poder alterar el modelo político de una forma tan profunda-, el Gobierno pretende imponer un nuevo reparto de poder que le permita retener importantes competencias independientemente de lo que digan las urnas.

¿Qué se elegirá?

Se elegirá a 545 asambleístas que sesionarán a partir del 2 de agosto en la sede del Parlamento, de amplia mayoría opositora, durante un período indefinido. Se ignora dónde funcionará en adelante el poder legislativo.

¿Cómo se elegirán?

364 por votación territorial (cada municipio tendrá un representante y las capitales de estado dos, independientemente de su población), 173 por sectores sociales y 8 por comunidades indígenas. La elección sectorial se distribuye así: trabajadores (79), pensionados (28), estudiantes (24), consejos comunales (24), campesinos y pescadores (8), empresarios (5) y discapacitados (5). Según el experto electoral Eugenio Martínez, 62% de los 19,8 millones de votantes podrá emitir dos sufragios (uno en los comicios territoriales y otro en los sectoriales).

¿Quiénes postulan?

 De unas 50 000 postulaciones, se validaron 6 120. Las bases comiciales fijadas por Maduro -y aprobadas por el poder electoral- prohibieron candidaturas partidistas, por lo que fue necesario acreditar firmas. Figuran poderosos dirigentes del chavismo como el diputado Diosdado Cabello, la excanciller Delcy Rodríguez, la primera dama, Cilia Flores, y el exgobernador Adán Chávez, hermano de Hugo Chávez.

¿Cuánto apoyo tiene Maduro para su proyecto?

Es difícil de saber. La idea fue rechazada por el 98% de los participantes de la consulta no oficial organizada por la oposición el pasado 16 de julio, pero el porcentaje es engañoso, puesto que el mero hecho de ir a votar ya implicaba un posicionamiento político contrario al Gobierno. Incluso en el caso más extremo -si, como aseguran los convocantes, 7'5 millones de venezolanos participaron en la votación-, esto supondría apenas una cuarta parte de los 31 millones de habitantes del país. Y aunque la cifra es muy significativa (en 2015, el partido de Maduro apenas logró 5,6 millones de votos) seguimos sin conocer la opinión de las otras tres partes de la ciudadanía sobre esta cuestión concreta.

Ciertamente, las manifestaciones y las protestas son cada vez más multitudinarias, pero la participación en los paros y los actos de repudio convocados por la oposición se corresponden ampliamente con el mapa electoral de la disidencia: mucho seguimiento en el este de Caracas y en regiones con alcaldes y gobernadores opositores, como Miranda, pero con bastante menor impacto en otras áreas de la capital. Para un porcentaje importante de los venezolanos, la subsistencia es lo que ocupa la mayor parte de sus energías en el día a día. En cualquier caso, la tasa de aprobación de Maduro ronda apenas el 20%.

Además, numerosos chavistas están en desacuerdo con la decisión de Maduro: para ellos, es una traición al legado del Comandante Chávez, puesto que supondría anular la constitución promovida por éste en 1999, que muchos consideran la más avanzada y progresista de la historia de Venezuela. Entre los díscolos hay numerosas figuras de alto perfil, como la fiscal general Luisa Ortega o la ex defensora del pueblo María Gabriela Ramírez. Resulta difícil prever de antemano qué postura adoptará este segmento político.

¿Se requiere un mínimo de participación?

No se fijó un umbral, pero una baja afluencia a las urnas “afectaría la legitimidad” de la Constituyente, según el analista venezolano Benigno Alarcón. Más aun después de que la oposición aseguró haber recaudado 7,6 millones de votos en un plebiscito simbólico contra la iniciativa, el 16 de julio. Según los resultados de las parlamentarias de 2015 -que ganó abrumadoramente la oposición-, la base electoral del chavismo es de 5,7 millones. Pero la doble votación (territorial y sectorial) inflaría la cifra. No se ha previsto observación internacional para estas elecciones.

¿Qué dice el gobierno?

Maduro sostiene que su Constituyente es democrática porque apela al “poder originario”, y que estaba facultado para convocarla sin referendo. “Es el gran poder que necesitamos para poner orden en Venezuela. Necesitamos un poder que esté por encima de los poderes que sabotean el desarrollo del país”, dijo el mandatario, quien afirma que la votación será “directa, universal y secreta”. El presidente aclara que el objetivo es “perfeccionar” la Carta Magna, elevando a rango constitucional, por ejemplo, los programas sociales. También defiende que la elección da cabida a amplios sectores, frente a la acusación de que los votantes gremiales fueron escogidos de bases afines al chavismo, como los consejos comunales, unos 45 000 grupos que se benefician de la asistencia estatal. Y afincado en que la grave crisis es fruto de una “guerra económica”, Maduro dice que la Constituyente traerá la recuperación del país petrolero.

¿Por qué no participa la oposición?

La coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) asegura que Maduro estaba obligado legalmente a someter su convocatoria a un referendo, en el que, estima, hubiera sido negada. Según la encuestadora Datanálisis, siete de cada diez venezolanos rechazan la Constituyente y la gestión del mandatario. La MUD le enrostra a Maduro que en 1999 Hugo Chávez, su mentor, consultó a los venezolanos sobre el llamado a la Constituyente que redactó la actual Carta Magna. Además, considera fraudulento el método de votación, pues señala que al no haber una representación proporcional según la población de los municipios, el chavismo buscaría sacar ventaja en zonas rurales apartadas donde aún es fuerte, en contraste con los centros urbanos. La MUD cree que el mandatario intenta evadir elecciones (las presidenciales deben celebrarse en diciembre de 2018), pues dada su impopularidad no podría ganar comicios universales. También pretendería disolver instituciones que le incomodan, como el Legislativo y la Fiscalía -cuya titular Luisa Ortega desertó del oficialismo-, y según la alianza opositora ir hacia una autocracia. Junto con Ortega, otros chavistas disidentes se oponen a la iniciativa alegando que socavará la Constitución impulsada por Chávez, solo para que Maduro conserve el poder. La MUD anunció un “boicot” contra las votaciones, añadiendo más tensión tras cuatro meses de protestas que dejan un centenar de muertos y que el gobierno denuncia como una intentona golpista.

¿Qué puede pasar?

Para el viernes, la oposición ha llamado a 'tomar Caracas', y también a boicotear las elecciones el domingo, lo que dará una medida real de su fuerza. Si la tasa de participación es realmente baja -y no se produce un fraude a gran escala-, el movimiento opositor tendrá legitimidad para rechazar legalmente la Asamblea Constituyente y lo que salga de ella. Maduro ha amenazado con encarcelar a varios de los líderes opositores por “traición a la patria”, y ha señalado que uno de los objetivos de la nueva constitución será procesar a quienes buscan desestabilizar el país.

Pero si nada de eso acaba produciendo un cataclismo político y el 'status quo' se mantiene más o menos igual, Venezuela celebrará elecciones presidenciales en 2018. Para Maduro las perspectivas no son buenas, y él es muy consciente de que, a no ser que una nueva constitución le permita cambiar las reglas del juego, su permanencia en el cargo es más que dudosa. La apuesta, pues, es muy alta para todas las partes.

 

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