La Paz, 20 de diciembre (Urgente.bo).- “La educación ya estaba en crisis antes de la pandemia, por el modelo tradicional que aún se mantienen no solo en Bolivia, sino también en otros países de la región”, señala Xavier Aragay, experto en transformación educativa y fundador de Reimagine Education Lab en Barcelona, España. Hoy explica que dependerá de las autoridades que el próximo año o cuando se vuelva a las aulas la educación siga igual o, por el contrario, se dé el primer paso para innovar y saltar al futuro.
Según el experto, en la educación tradicional, “se cree que lo importante es que un niño aprenda matemáticas, historia o lengua como un fin. Ese fin es tener que sacar buenas notas. Esto en verdad es un medio. Hay una gran obsesión en que los niños saquen buenas notas y aprendan muchas cosas, que cuanto más mejor. La gran confusión en el mundo es pensar que educar es aprender, repetir y memorizar”.
Aragay sostiene que la enseñanza es una herramienta para lograr que las personas piensen, que sean críticas, que se conozcan. “Si aprender matemática, historia o lengua no nos lleva a que seamos personas, estamos confundiendo al medio como un fin”.
Explica que el modelo ideal de educación sería centrarse en la persona y pensar qué tipo de personas queremos que salgan de las escuelas. “Hubo un gran problema en el mundo, se confundió que educar es meter contenido en la cabeza, no, la transmisión de conocimientos. La currícula es un medio, no es un fin, por lo tanto, es educar a personas y las personas deben estar en el centro”, dijo Aragay
Con ese objetivo, Aragay trabaja desde hace dos años apoyando a Unifranz, que ha apostado a reorganizar el proceso de enseñanza para que los estudiantes tengan la capacidad de generar proyectos interdisciplinarios que permitan resolver los problemas del entorno donde viven.
El modelo de “reimaginar” la educación, con el que Unifranz prevé que sus estudiantes sean sujetos activos, ya es aplicado en sus carreras de administración y dirección de empresas, medicina e ingeniería comercial.
“Para alcanzar este cambio, hay que repensar la educación, reimaginarla y dar un salto hacia adelante que permita transformar la institución educativa al completo. Se necesita una metodología revolucionaria que acompañe y guíe este camino de cambio”, apunta Aragay.
Esta debe ser una oportunidad para que desde padres de familia exijan un cambio en la educación, y que sean las autoridades quienes tengan este desafío, tienen que ser un desafío para replantearla porque si volvemos a las aulas con la educación.
“Si tenemos un alumno que está en la escuela por 15 años y luego pasa a la universidad por cinco más, tenemos un proceso de 20 años en total. Muchos alumnos salen de la universidad y aún no saben quiénes son, ni qué quieren. Solo saben que la mitad de lo que les han enseñado no les sirve para nada y eso es un fracaso. ¿Cómo hemos desperdiciado 20 años de la vida de una persona así?, debe ser un tiempo de cambio”, concluyó.
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