13 de septiembre (Jacqueline Maydana/Urgente.bo).- Son casi las 07:00 y aproximadamente 100 vehículos tratan de acomodarse en uno de los carriles de la avenida Juan Pablo II, antes del puente de la Ceja. Mientras los minutos avanzan, llegan más automóviles y la espera de pasajeros se alarga tanto como la hilera de autos.  Pasado el mediodía, las avenidas Franco Valle y Raúl Salmón, que son las paralelas de la avenida principal –la avenida 6 de marzo-, literalmente están bloqueadas por decenas de minibuses que pretenden avanzar.

Cada uno de los cientos de choferes ubicados en las avenidas, como la Jorge Carrasco, y calles, desde la 2 hasta la 7, de la Ceja de El Alto tienen el objetivo de ganarse el día, al punto que el espacio entre uno y otro coche es de apenas centímetros. Si uno avanza 30 centímetros, el coche de atrás recorrerá si puede más. Lo que ocurre es que la Ceja es una gigante y desordenada parada, a donde todos llegan para trabarse y todos buscan salir del bloqueo sin ceder.

En horas pico, los choferes y voceadores están en medio de una competencia para llenar los minibuses, todos anuncian a la vez las rutas a las que irán, mientras que hay otros a la espera de que la fila de automóviles avance, ese transcurso dura aproximadamente una hora, explica José Mamani, chofer del sindicato Trans Viacha.

Filas y espera

Mientras espera su turno, Mamani si sirve un plato de comida, limpia su auto o hablar con sus compañeros. Otros salen de la cabina del minibús para escapar del sol y almorzar donde la casera que está en la acera. La competencia es feroz y la espera es tensa. Don José Mamani dice que la tarifa que aplica desde la Ceja hasta la Pérez es de Bs 1,50 y lamenta que al día logran efectuar solo dos vueltas.

“En El Alto nosotros damos solamente dos vueltas todo el día, desde las 07:00 de la mañana y llegamos a casa a las 10 de la noche. Hacemos fila para asegurar pasajeros e igualmente nosotros cobramos solamente Bs 1.50, cada día hacemos fila casi una hora y media a dos horas”, relató Mamani.

La situación es la misma para la gran mayoría de los choferes, que se ven obligados a esperar pasajeros si desean llenar los asientos de sus coches. Ese es el caso de Antonio Villavicencio, quien cuenta que las filas para dirigirse la Pérez se hacen cada vez más largas antes de llegar al Puente de la Ceja.

Cada mañana tiene que despachar a sus pasajeros en un punto cada vez más lejano de la Ceja. Se pone en fila y aprovecha para limpiar sus vidrios, hablar con sus amigos voceadores o simplemente descansar un poco. O, como el conocido caso, se ponen a tejer.

“Todos los días hay una fila larga para que podamos salir, no era tanto así antes, ahora veo más autos y hay más competencia. En las mañanas no nos quejamos, hay nomás gente, los jueves igual por la Feria 16 de Julio. La fila avanza rápido más bien”, indicó.

En la calle 2, la fila de autos se extiende hasta la calle 4 y la espera también es de una hora. Lo mismo sucede en la avenida 6 de Marzo donde los minibuses avanzan metro por metro para ser los siguientes en  partir a su destino.

Cada vez más minibuses

Mamani sostuvo que en su sindicato Trans Viacha aumentó el número de afiliados casi en el 95%. Los conductores son trabajadores despedidos y ahora son choferes asalariados, mientras que otros se compraron sus coches.

Para la Policía de Tránsito, el problema de la congestión vehicular en la Ceja se debe a que hay más conductores de transporte público porque se les hace más fácil adquirir un vehículo chino.

Solo en la urbe hay 62.220 vehículos de servicio público; 818 líneas de transporte entre minibuses, microbuses, taxis y radiotaxis.

Al menos 615 líneas son de minibuses y 24. 640 vehículos. En trufis, 128 líneas y 5.120 automóviles. En microbuses, 74 líneas y 2.960 vehículos.

Y pese a que la restricción vehicular se cumple, existe una alta cantidad de automóviles que transitan todos los días o, por el contrario, se traban de manera mutua.

Estas son las razones para que las trancaderas no hallen solución

La falta de educación vial, pocas paradas, el asentamiento de gremiales y, principalmente, la falta de planificación urbana son los problemas que convirtieron a la Ceja en una gigante parada del transporte público.

El dirigente José Mamani reconoce que los choferes no respetan las paradas, entonces el pasajero alteño está acostumbrado a quedarse en cualquier esquina, o hasta en medio de la calle. “Hay compañeros tercos que se colocan en la vía o descargan y no dejan pasar a otros autos”, relató.

Otro de los problemas es el asentamiento de comerciantes en vías y calles concurridas. “Uno de los factores del problema son los gremiales que se apostaron en estas vías y calles, no solo es el transporte, el problema es vecinal y gremial”, dijo Hugo Martínez, director de Regularización de Movilidad Urbana.

También hay ausencia de educación vial, ya que la gente no usa las pasarelas  y aprovecha para pasar al otro lado cuando ven la oportunidad, por ello es importante efectuar campañas de concientización para mejorar la ciudad, consideran los policías de Tránsito que no pueden hacer frente a las enormes filas de minibuses y el desorden peatonal.

“Hay pasarelas para usar, pero la gente no lo usa, la gente se entra nomás entre los minibuses, nos falta educación vial acá, debería lanzarse campañas, porque la gente entre los autos, si fuera por la gente, nunca darían paso a los autos”, indicó uno de ellos.

Los vecinos de la urbe consideran que no existe una planificación pese a que El Alto se extiende cada vez. La mancha urbana es alrededor de 400 kilómetros cuadrados con 1.200 juntas vecinales de las cuales un 15% son clandestinas. Además, el último censo mostró que la joven ciudad tiene más de un millón de habitantes.

Camiones fuera de horario

Un operativo de la alcaldía y el Organismo Operativo de Tránsito de El Alto, despejó la Calle 3 de la avenida 6 de Marzo y adyacentes, donde vehículos de alto tonelaje descargan carne fuera de horario, e instaron a los comerciantes a cumplir las normas.

El secretario de Seguridad Ciudadana, Jorge Revollo, durante el operativo lamentó que algunos transportistas y comercios incumplan las reglas, ocasionando embotellamientos vehiculares, por lo que reiteró que tanto el Municipio de El Alto y Tránsito harán respetar las normas vigentes.

“Los camiones de alto tonelaje no permitan la circulación normal de los vehículos y personas. Tienen hasta las 5 de la mañana para descargar y, posteriormente, retirar sus camiones, pero hasta las 7:30 a 8:00 siguen obstruyendo el paso”, afirmó Revollo.

“Que los dirigentes ayuden”

Una propuesta desde Tránsito es que los sindicatos de choferes se organicen para mejorar el tráfico, los dirigentes tienen la capacidad de apoyar a guardias y policías.

El dirigente José Mamani pidió más personal de Tránsito porque muchos choferes no respetan paradas y hacen trameaje. Ricardo, un vecino de El Alto, opinó que la solución está en manos de la Alcaldía, que debe regular pasajes y paradas. Lamentó que las trancaderas sean aprovechadas por delincuentes quienes roban celulares.

“Los choferes nunca cumplen su ruta, la Ceja es un centro que va a distintas direcciones, es lamentable porque los choferes no respetan sus paradas, parquean en cualquier lugar e incluso se hacen subir el pasaje. Las trancaderas también ocasionan inseguridad”, dijo el vecino alteño.
(La nota fue publicada este domingo en el semanario El Compadre)