La Paz, 2 de julio (Grover Yapura, Urgente.bo).- Se ha abierto la guerra sin cuartel. El MAS ha colisionado contra el MAS. El expresidente Evo Morales ha intensificado su campaña y ataques contra el gobierno, mientras que el presidente Luis Arce rompió el silencio y desde la Casa Grande del Pueblo ha asegurado que no va a permitir que la política afecta a la estabilidad económica del país. Ha sido la semana política más intensa del año. Es el inicio de un enfrentamiento entre oficialistas que buscan el control del partido político que administra el Estado desde el 2006.
La noche del martes 27 de junio, la Asamblea Legislativa Plurinacional fue el escenario para una de las movidas más importantes del evismo contra Eduardo Del Castillo, el ministro más cercano al Presidente Arce. El titular de Gobierno fue censurado por 101 votos, compuestos por los legisladores del evismo, Comunidad Ciudadana y Creemos. Y casi dos días después, el jueves, el Jefe del Estado destituyó Del Castillo y poco después lo volvió a posesionar en el cargo. Estos hechos marcaron un nuevo escenario político, donde el MAS está más polarizado que nunca. Al punto que Leonardo Loza, senador leal del líder cocalero, ha anunciado que tumbará al gobierno de Arce.
“Aceptado el reto, que venga del Castillo. Si hemos sido capaces de vencer a la derecha y al golpe de Estado, a estos traidores también vamos a tumbarlos y vamos a vencerlos”, discursó el senador Loza, un día después de la restitución del Ministro de Gobierno. Y la guerra se cumplirá en todos los escenarios ya conocidos por los masistas: el Legislativo, donde los evistas anticiparon que volverán a interpelar al Ministro Del Castillo, el de las calles, donde las organizaciones sociales serán movilizadas para apoyar unos a Evo Morales y otros a Luis Arce, y probablemente en el ámbito judicial; por ejemplo, el gobierno acude al Tribunal Constitucional Plurinacional para que ponga límites a las censuras en el Legislativo.
Un dirigente del MAS, consultado por el semanario El Compadre, dijo que lo ocurrido esta semana es un parteaguas del conflicto en el oficialismo que inevitablemente se va a traducir en la división del partido que controla el Estado desde enero de 2006, desde hace más de 17 años. “Antes era una pelea por espacios y recursos; ahora es una pelea por el control del partido, y eso es a muerte. Evo se juega todo, esto no tiene que ver solo con la candidatura”, dijo la fuente consultada.
Tanto los evistas como los arcistas se han proclamado como los abanderados de la Revolución Democrática Cultural y esa parece ser el eje de la disputa entre los evistas y arcistas, porque el liderazgo del Proceso de Cambio supone que cuenta con el respaldo de las organizaciones sociales del país y significa también articular el proyecto político de izquierda frente a los proyectos políticos opositores que empiezan a organizarse con miras a las elecciones de 2025.
“La revolución es más grande que una persona. Está sobre los individuos, no podemos cometer los mismos errores del pasado que terminaron causando el golpe de Estado el 2019 y que lastimosamente esta megacoalición está abriendo un espacio para que la derecha vuelva al poder”, dijo la noche del jueves el Ministro Del Castillo, con la aquiescencia del Presidente Arce.
Desde el mismo MAS, el expresidente Morales no duda en identificar a la corriente de Arce como derechista y corrupta y, en ese contexto, busca sostener la relación con las organizaciones sociales. Por ejemplo, el viernes desde un acto político lanzó el siguiente mensaje: “El MAS-IPSP nunca claudicará en su lucha contra la corrupción y protección al narcotráfico. Como en tiempos neoliberales, la derecha busca atentar contra el instrumento político del pueblo”.
Un día antes de su destitución y restitución, el ministro de Gobierno apeló a su cuenta en Facebook para agradecer una serie de respaldos que recibió de las organizaciones sociales para que se mantengan en el cargo. Luego de reconocer su apoyo, les dijo: ellos “son los verdaderos dueños de nuestro Proceso de Cambio”.
Y en esa línea, el jueves, desde la Casa Grande del Pueblo, el ya restituido ministro lanzó un dardo político contra Evo Morales, quien desde principios del 2022 no dejó de atacarlo. “Aquel señor que vimos ingresar al palacio, el año 2005 ganando con más del 50% de votos y con una mochila llena de esperanza, hoy lamentablemente es un hombre totalmente cambiado. Duele para quienes salimos a las calles, afuera de este edificio, muchos no querían defenderlo, y la juventud estuvo presente”, dijo.
El liderazgo social
En otras palabras, la guerra abierta busca definir quién tendrá el liderazgo del proceso de cambio, quién será el comandante de las organizaciones sociales, porque en esta disputa originada el 2022, ya se ha empezado a erosionar la imagen de Evo Morales como el único jefe del llamado instrumento político.
“La disputa es sobre quién puede sumar respaldos de las organizaciones sociales al interior del MAS para garantizarse gobernabilidad o mayor influencia. Esta disputa se va a trasladar a las calles, con las organizaciones sociales que componen el MAS. Ahí es donde se terminará por resolver este escenario acelerado pre electoral que vive el partido de gobierno”, explicó el analista político Marcelo Arequipa.
El viernes pasado, mediante un documento, la cúpula del MAS emitió un documento en el que se declara en emergencia frente a un “régimen que claudicó ante a protección al narcotráfico y a corrupción para enfrentarse a la Constitución, la Asamblea Legislativa y los principios democráticos del Instrumento Político del Pueblo”.
Desde el otro lado, el renovador Rolando Cuéllar identificó a Evo Morales como el político que “conspira y desestabiliza” al gobierno de Luis Arce y aseguró que el presidente del MAS cosecha rechazo en las propias bases del partido oficialista por su proceder. “Vamos a meter a la cárcel al delincuente de Evo Morales, no vamos a permitir que siga conspirando y que ha formado una megacoalición con Comunidad Ciudadana y Creemos”, dijo Cuellar.
Tras la restitución como Ministro, Del Castillo dijo que “nosotros no entramos a militar por una persona, nosotros entramos a militar porque creemos en nuestra revolución democrática y cultural. Una expulsión nunca nos alejará de las bases y del pueblo boliviano”.
Loza: Vamos a tumbarlos
El senador evista, Leonardo Loza, dijo este viernes que se le declaró la guerra al Trópico de Cochabamba y a los evistas (que apoyan a Evo Morales) tras la restitución de Eduardo del Castillo como ministro de Gobierno. Habló de “tumbar” a los traidores del Movimiento Al Socialismo (MAS).
“El ministro censurado, ayer (jueves), abiertamente nos ha declarado la guerra a los masistas, a la gente del proceso de cambio y, principalmente, al Trópico de Cochabamba, a los dirigentes y a Evo Morales”, dijo Loza en un acto de organizaciones socias realizado en Chimoré.
Loza, uno de los cocaleros más influyentes del entorno evista, señaló que ha sido aceptado el reto para la disputa política. “Compañeros, aceptado el reto, que vengan, si hemos sido capaces de tumbar, de vencer a la derecha, al golpe de Estado, que lo tengan por seguro que a estos traidores también vamos a tumbarlos, también vamos a vencerlos, porque ayer nos ha lanzado una amenaza directa, bienvenidos a la batalla, bienvenidos a la pelea”, complementó Loza.
En su discurso el ministro se refirió al Evismo como quienes afectan la gestión de gobierno. "Si quieren pelea, nos tienen aquí, que vengan, no tenemos ningún miedo”, insistió Loza.
Las frases del evista Loza
“Abiertamente nos han declarado la guerra a los masistas, a la gente del proceso de cambio, principalmente al trópico de Cochabamba, a los dirigentes y a Evo Morales”.
“Que vengan compañeros. Si hemos sido capaces de tumbar, de vencer a la derecha, al golpe de Estado, que lo tengan por seguro, a estos traidores también (los) vamos a tumbar, también vamos a vencerlos”.
“No tenemos miedo a su desafío, a sus amenazas (…) sin mariconadas, sin sembrarnos pruebas, sin inventarnos procesos, sin chantaje, sin persecución, eso le respondemos a las amenazas, del -yo digo- nuevo Murillo, que tiene el Gobierno”.
“Aceptamos el reto que nos hace, el desafío que nos hace, la amenaza que nos hace nuestro propio gobierno, para el cual hemos hecho campaña”.
“Es peor que en el gobierno de Áñez, lo mismo ocurrió. Esa dictadura todavía no (ni siquiera) se inventó ningún decreto de manera inconstitucional”.
“Vamos a volver a interpelarlo, y vamos a volver a censurarlo a ese ministro inconstitucional, que lamentablemente está engañando al pueblo boliviano y a nuestro gobierno que ganó con el MAS; no sé si seguirá siendo del MAS”.
Del Castillo: La revolución es más grande que una persona
“Lo que sucedió estos días fue una puñalada por la espalda a la revolución por parte de algunos asambleístas con complicidad de la derecha que atacaron al Presidente”.
“Es doloroso abrir los ojos, pero hoy, Bolivia se dio cuenta de que muchos que dijeron ser parte de la revolución quisieron ser sus verdugos”.
“Debe quedar claro que la revolución es más grande que una persona y sus apetitos personales (en alusión a Evo)”.
“No podemos cometer los mismos errores del pasado que provocaron un golpe en 2019, esta megacoalición está abriendo un espacio para que la derecha vuelva”.
“Ernesto Guevara decía: la revolución es algo que se lleva en el alma y no en la boca, eso les digo a esos supuestos revolucionarios que en la práctica votan junto a la derecha para destruir un Gobierno popular”.
“Aquel señor que vimos ingresar al Palacio en 2005, ganando con más del 50% y con una mochila de esperanza, hoy, lamentablemente, es un hombre totalmente cambiado. Duele mucho para quienes salimos a las calles. Afuera de este edificio, muchos no querían defenderlo, y la juventud estuvo presente. No entramos a militar por una persona, militamos porque realmente creemos en nuestra revolución”.
"La verdad no es discurso. Es práctica, y en la práctica se ve quiénes están con quiénes, y quiénes respaldar la revolución y quiénes buscan destruirla para satisfacer intereses mezquinos de una persona (Evo) que busca incendiar nuestro país para regresar a gobernarlo aún a costa del pueblo".
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