02 de mayo (Urgentebo).- La tragedia de las familias damnificadas no solamente se limita a la pérdida de sus hogares, sino también sus problemas aumentan cada día. Las deudas en el banco, la falta de medicamentos para los damnificados que están enfermos, enseres para cocinar su propio alimento, la ausencia de duchas para aseo personal y la ropa en el caso particular para mujeres que visten pollera se convierten en otras preocupaciones.
La señora Juana, quien se encuentra en el campamento ubicado en la avenida Libertad, señaló que necesitan garrafas y ollas para cocinar los alimentos. Además, requieren ropa para las mujeres que visten de pollera y manta que es lo que la población aún no donó a los damnificados.
“En este sector, no todos son de vestido, la gente es de pollera también; por ejemplo, mi madre es de pollera y no hay una manta”, explicó.
Detalló que en esa zona 200 personas se alojan en carpas y la ayuda no llega de igual forma como acontece en área de la cancha Fígaro.
Eduarda, damnificada y madre de siete niños, comentó que precisa medicamentos para sus hijos, ya que se encuentran resfriados por la intensidad del frío de estos días. Ante esa situación, pidió víveres, papel higiénico, colchones y algunas frazadas para abrigarlos en las noches.
Antes de este desastre natural, ella se dedicaba a la venta de botellas. “Ahora, ya no puedo ni ir a reciclar; no tengo casa, no tengo nada, no sé dónde irme”, relató angustiada.
Mariza, otra de las vecinas damnificadas, contó que en el sector de la avenida Libertad se necesitará más carpas para alojar a las personas y también frazadas, colchones y alimentos secos.
Contó que tiene deudas en el banco debido a que su padre se prestó dinero para hacer construir su casa y aún le queda cuatro años más por pagar, por lo cual pide que los plazos de las cuotas se extiendan para las personas que tienen préstamos en las entidades financieras.
“Para construir la casa, nos hemos prestado; de esa manera, tal vez, los del banco puedan esperar y ver cómo podemos solucionar. La mayoría del dinero que hemos sacado es para construir; uno quiere vivir bien, estar tranquilo para su negocio; pero, ahora, no tenemos nada”, relató.
Otra de las damnificadas es Marina, quien se encuentra en el campamento de la cancha Fígaro. Dio a conocer que requiere de la instalación de duchas para bañarse, puesto que, desde el martes, cuando aconteció el derrumbe de las casas, no lo pueden hacer.
“Lo que más necesitamos son unas duchas, porque estamos sin bañarnos, eso es lo que pediríamos lo más antes posible, por favor”, acotó.
En muchos casos, los vecinos que perdieron sus hogares, vivían entre 15 y 30 años en la zona. Eran propietarios de las casas que se desplomaron. En tal sentido, lo que solicitan al Gobierno nacional ayuda con viviendas sociales.
El martes, a las 12:30, el deslizamiento arrasó con las viviendas de la zona desde Inmaculada Concepción hasta Kantutani. En ese momento, las personas tuvieron que evacuar sus hogares solo con lo que vestían y, en algunos casos, pudieron sacar objetos personales.180 familias perdieron sus casas, tres personas aún están desaparecidas.
