En su reporte denominado “Recobrar el crecimiento: Reconstruyendo economías dinámicas post-COVID con restricciones presupuestarias”, el Banco Mundial mejoró las previsiones de crecimiento económico para Bolivia hasta el 5,5% hasta fin de semana, en un contexto de mejora para América Latina y el Caribe. Sin embargo, la previsión para el próximo año es modesta, que para el caso boliviano llega al 3,5%.
“Los países de la región hicieron un esfuerzo enorme por asistir a las familias en medio de la pandemia. Ahora, el desafío es lograr una fuerte recuperación que brinde oportunidades de trabajo y sane las heridas de la crisis”, dijo Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe.
En abril pasado, la proyección del Banco Mundial para Bolivia fue una tasa de 4,7% de crecimiento, índice que fue ratificado en su informe de Perspectiva Económicas Globales de junio.
La tasa también es superior a la previsión de 4,4% de crecimiento estimada por el Gobierno y el Banco Central de Bolivia (BCB) en el Programa Fiscal Financiero.
Sin embargo, el Banco Mundial alerta que la recuperación a nivel regional enfrenta múltiples obstáculos. “Cualquier resurgimiento del virus impactará sobre el crecimiento, mientras que la persistencia de las presiones inflacionarias a nivel mundial podría derivar en tasas de interés más elevadas, reduciendo la demanda. A su vez, el elevado nivel de endeudamiento del sector privado podría acotar su capacidad de liderar la recuperación, mientras que los crecientes niveles de déficit público y endeudamiento limitan el potencial de cualquier intervención pública futura”.
El Ministerio de Planificación reportó a finales de septiembre que la actividad económica al mes de julio creció en 9,2% impulsada por el dinamismo de la minería, la construcción, el transporte y almacenamiento.
Por otro lado, el Banco Mundial señala que si bien se prevé que el crecimiento regional se recupere un 6,3 por ciento en 2021, junto a una aceleración de la vacunación y una caída en las muertes por COVID-19, la mayoría de los países no logrará revertir del todo la contracción de 6,7 por ciento que tuvo lugar el año pasado. Más aún, las previsiones de crecimiento para los próximos dos años caen por debajo del 3 por ciento, un regreso a las tasas de crecimiento bajas de la década de 2010, generando preocupación de una nueva década perdida en términos de desarrollo.
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