02 de octubre (Revista Buen Vivir Digital).- El calor extremo golpea gran parte del país, principalmente en el oriente y chaco, con temperaturas superiores a los 40 grados Celsius. Según accuweather Perú, Bolivia, Paraguay, Argentina y Brasil alcanzaron temperaturas récord en septiembre y recién comienza primavera.

Es posible que la población no esté preparada para enfrentar olas de calor y alta humedad, considerando el clima con cierta superficialidad a las posibles consecuencias en el organismo, pudiendo ocasionar una insolación o golpes de calor, que son distintos.

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Elda Ferrufino, médico familiar, explicó a BUENVIVIR cuáles son los síntomas de la insolación y del golpe de calor, cómo prestar auxilio inmediato y las consecuencias que puede tener si no se controla de forma oportuna.

 “Ambos se deben a un trastorno en la regulación de la temperatura corporal principalmente debidos a la exposición solar y humedad de forma mantenida. La insolación podría ser considerado como de menor intensidad, mientras que el golpe de calor es un cuadro grave que requiere de atención médica inmediata”, puntualizó la médica.

Aclaró que el sol es bueno, igual que el calor, pero cuando supera altas temperaturas el organismo no puede controlar y es muy peligroso; el sol también se puede provocar quemaduras hasta enfermedades en la piel.

Los síntomas más comunes de una insolación son dolor de cabeza con palpitaciones, alta temperatura corporal (39 grados Celsius o más), alteración del estado mental, cara congestionada, confusión, desorientación, agitación, irritabilidad, debilidad, deshidratación, somnolencia, náuseas, pulso acelerado. En una condición más agravada, llegando al golpe de calor, el paciente podría llegar a la pérdida del conocimiento, convulsión, hasta un derrame cerebral o infarto.

 “Cuando el cuerpo comienza a sobrecalentarse, los vasos sanguíneos se agrandan y el latido del corazón es más fuerte y más rápido en su intento por enfriar el cuerpo. El cerebro activa las glándulas sudoríparas, sacando agua del torrente sanguíneo. El cuerpo puede sudar fácilmente un litro de agua”, explicó.

Este proceso hace que llegue menos sangre al cerebro, músculos y otros órganos, se pierden electrolitos por la deshidratación y se producen calambres. A medida que la deshidratación progresa, el cuerpo ya no puede regular el calor en el cuerpo, se dañan los riñones primero, luego afecta los músculos, el corazón y cerebro.

Los niños y adultos son los de mayor riesgo porque no son capaces de enfrentar normalmente los cambios de temperatura corporal, así como las personas obesas, con diabetes, hipertensión o con otra enfermedad.

En el caso de presentarse insolación, es importante llevar a la persona a un ambiente fresco, pero sin ocasionar un cambio brusco de temperatura porque puede alterar los órganos. Enfriar el cuerpo con paños fríos, colocar una compresa fría en la nuca, pies y axilas; hidratar el organismo con agua y sal o rehidratantes a temperatura ambiente -no fríos porque puede provocar un paro cardiaco-, sorbo a sorbo, siempre y cuando exista buena consciencia. También es importante tener a la persona semisentada, por si le dan ganas de vomitar, y con la cabeza levantada para favorecer la respiración, ventilar los ambientes y quitarle algo de ropa para ayudar a reducir la temperatura corporal.

Pero cuando se produce el golpe de calor y la persona ha perdido la consciencia o convulsiona, Ferrufino dijo que es importante llevarlo de inmediato a un centro de salud o llamar a emergencias. Entretanto, el paciente debe estar en un lugar fresco, con poca ropa y aire.

Asimismo, no administrar medicamentos para bajar la temperatura o calmar el dolor de cabeza, no tomar aspirina, efervescentes o cualquier medicamento, no administrar alcohol al cuerpo,

Para evitar ambos episodios, la doctora recomienda protegerse del sol directo, en especial en horas de mayor temperatura -no obstante, se puede sufrir insolación en la sombra-, usar medios de protección, evitar la actividad física al aire libre y por tiempo prolongado, descansar y rehidratarse cada 15 minutos y escuchar al cuerpo, cuando ya no puede, dejar lo que se está haciendo y refrescarse.

De igual manera, cuando la temperatura es alta, aconsejó no consumir bebidas alcohólicas, café y tabaco. Por otro lado, tener cuidado con el sobrecalentamiento dentro de los automóviles, no dejar niños ni animales dentro y dejar que enfríe antes de subirse.

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