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El proyecto se inició en octubre del 2015 con 12 avestruces, cuatro de ellos murieron cuando llegaron, dos por cuestiones de manejo y dos por cuestiones de adaptabilidad, solo quedaron ocho que se encuentran en la Estación Experimental de Kallutaca de la UPEA, que queda a 40 minutos desde la terminal de buses interprovincial de la ciudad de El Alto, yendo por la carretera del municipio de Laja.
Miércoles 2 de Agosto de 2017, 3:45pm
La Paz, 2 de agosto (Soledad Mena, Urgentebo.com).- Avestruces en el altiplano del departamento de La Paz, es difícil de creer, pero es el reto de la Carrera de Veterinaria de la Universidad Pública de El Alto (UPEA) que hace año y medio inició un proyecto de adaptación y reproducción de estas aves africanas en el altiplano.
El proyecto se inició en octubre del 2015 con 12 avestruces, cuatro de ellos murieron cuando llegaron, dos por cuestiones de manejo y dos por cuestiones de adaptabilidad, solo quedaron ocho que se encuentran en la Estación Experimental de Kallutaca de la UPEA, que queda a 40 minutos desde la terminal de buses interprovincial de la ciudad de El Alto, yendo por la carretera del municipio de Laja.
Los avestruces fueron traídos desde el departamento de Santa Cruz, bajo la lógica de buscar nuevas alternativas de crianza de aves en el altiplano paceño. Se adaptaron al frío de manera favorable, es más, dicen que el frío los favorece, porque “hace que tengan menor cantidad de enfermedades”, apuntó Gonzalo Vildoso, docente de la carrera de Veterinaria y Producción de Aves de la UPEA y responsable del proyecto.
Las aves regularon su temperatura para adaptarse al frío: “El sistema de termoregulación de las avestruces está muy desarrollado, ellos equilibraron su temperatura, queman más su energía y producen calor; el sistema respiratorio está mejor adaptado que las gallinas o los pollos parrilleros”, remarcó el proyectista.
Los ocho avestruces, dos hembras y seis machos, de la especie “african black”, de un año y 10 meses, llegaron al altiplano paceño con medio metro de altura, hoy miden más de un metro y medio, y esperan que su estatura supere los dos metros.
Las y los estudiantes de la Carrera de Veterinaria se encargan de la alimentación y el cuidado. Son aprovisionados de dos kilos de alimento balanceado al día que consta de afrecho, soya, harina de maíz, sorgo, forraje y alfalfa.
El responsable del proyecto informó que están llegando a la fase de maduración sexual y reproductiva, los machos tratan de marcar territorio; los machos más dominantes empiezan a pelearse. Estiman que de enero a septiembre del 2018 las hembras empezarán poner huevos para su posterior incubación.
Estiman que pondrán de 40 a 60 huevos de dos kilos al año.
“Lo que vamos hacer es incubar los todos los huevos y sacarlos al altiplano ya adaptados”, recalcó.
El resultado de la reproducción y la producción de avestruces es muy determinante, si las nuevas aves llegan a adecuarse al frío empezarán a socializar la crianza de los avestruces en el altiplano.
Vildoso aseguró que, hasta el momento, ya hay interés de otros departamentos del país.
De hecho, Vildoso informó que los productores de Santa Cruz quieren apostar por la producción de los avestruces en el departamento de La Paz.
Esperan que el proyecto se convierta en autosostenible y pueda cubrir los costos de mantenimiento y alimentación que en la actualidad son costeados por los demás proyectos de la universidad.
Ventajas
Todo se aprovecha del avestruz: la carne, las plumas, la piel, la grasa y hasta las pesuñas, dijo Gonzalo Vildoso, docente de la carrera de Veterinaria y Producción de Aves de la UPEA y responsable del proyecto.
La grasa la convierten en cremas humectantes; la piel es transformada en carteras y cinturones; las cañas o metatarsos son transformadas en instrumentos musicales; las plumas se convierten en abanicos y almohadas.
Las aves reproductoras llegan a costar de seis a siete mil dólares, los pequeños 300 dólares. La carne es la más cara, el kilogramo se cotiza en 80 bolivianos.
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