Los hechos ocurridos en los últimos años han puesto sobre la mesa un nuevo escenario de polarización político que amenazan con chocar otra vez en octubre. Este domingo se recuerda un nuevo aniversario de la democracia, mañana lunes habrá una movilización de las agrupaciones y movimientos contrarios al gobierno de Luis Arce y el lunes, quienes defienden a la administración gubernamental, del Movimiento Al Socialismo y de organizaciones sociales, marcharán. Así, la confrontación está en su auge. Por eso, el analista Marcelo Arequipa plantea la necesidad de construir puentes para el encuentro entre bolivianos.
¿Qué es lo que le hace falta a la democracia boliviana para que beneficie al pueblo boliviano?, se le pregunta a Marcelo Arequipa, uno de los politólogos más importantes de este tiempo. Y él responde: “Construir dos tipos de puentes, uno entre los políticos y la población para cerrar esa brecha que existe hoy de falta de representación. El segundo puente, que ayude a convivir entre grupos distintos entre la población”.
Arequipa se refiere la desconexión que existe entre las organizaciones políticas y las diferentes expresiones de la ciudadanía, lo que se traduce en desencuentros que pueden tener manifestaciones violentas y por el otro lado el problema entre los sectores y grupos de la sociedad boliviana, donde se mantienen prejuicios y criterios que impiden la consolidación de la bolivianidad.
Recuperada el 10 de octubre de 1982, la democracia boliviana fue afectada por los diferentes proyectos políticos desde el mismo momento de su instalación. Por eso, en las crónicas de entonces se señala que, mientras Siles Zuazo juraba al poder, Juan Lechín Oquendo, secretario ejecutivo de la Central Obrera Boliviana, estaba de viaje rumbo a Venezuela y Víctor Paz Estenssoro, líder del MNR, estaba en la ciudad de Tarija.
Así, la democracia boliviana, en sus casi 40 años de vida, ha tenido dos grandes etapa. La primera se prolongó hasta principios del nuevo siglo y la otra emergió de los conflictos que estallaron el 2002 y se prolongaron hasta el 2005.
Así, según Arequipa, esos dos momentos son los que marcan a Bolivia. “Desde 1982 hasta el 2002, fue la democracia pactada. El segundo hecho más importante es a partir de 2009 con la constitución del Estado Plurinacional”.
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