7 de mayo (AciPrensa).- El Colegio de Cardenales se encuentra ahora en pleno cónclave para elegir al próximo pontífice, un proceso solemne a puertas cerradas. Este cónclave ha despertado el interés mundial tanto de católicos como de no católicos, junto con decenas de millones de dólares en apuestas sobre su resultado.
Polymarket, una popular plataforma de apuestas basada en criptomonedas, está gestionando más de 18 millones de dólares en apuestas sobre el cónclave. Otra plataforma, Kalshi, maneja cerca de 6.7 millones.
Los corredores de apuestas de Polymarket sitúan al cardenal secretario de Estado del Vaticano, Cardenal Pietro Parolin, como favorito con un 27 % de probabilidad, seguido por el cardenal filipino Luis Antonio Tagle, con un 22 %. Entre los siguientes están Matteo Zuppi con un 11 %, Pierbattista Pizzaballa con un 10 %, y Peter Erdo con un 7 %.
Los apostadores pueden “comprar” a un posible elegido —es decir, apuestan a que esa persona será seleccionada como papa— o pueden “vender”, lo cual equivale a apostar que ese cardenal no será elegido. El pago específico de cada apuesta depende de las probabilidades fijadas en la plataforma.
En Polymarket, se han apostado más de 1.3 millones de dólares por la candidatura del Cardenal Tagle, y otros 1.3 millones por el cardenal holandés Willem “Wim” Eijk, a quien los corredores de apuestas le dan un 1 % de probabilidades. También se han apostado más de un millón de dólares por los cardenales Parolin, Peter Turkson y Robert Sarah, respectivamente.
La incertidumbre de los cónclaves papales
El conocimiento limitado de los corredores de apuestas y del público en general, junto con el carácter reservado del proceso del cónclave y la ausencia de campañas públicas, contribuyen a la incertidumbre sobre las verdaderas probabilidades de que una persona específica sea elegida papa.
Tom Nash, apologista colaborador de Catholic Answers, comentó a CNA —agencia en inglés de EWTN News— que está claro quiénes son “los cardenales más conocidos que llegan al cónclave”, pero que eso no necesariamente refleja “cómo los ven sus compañeros cardenales electores como papabili”.
“Creo que algunos cardenales que están bien posicionados según los corredores de apuestas y los medios, incluso por el rol prominente que tuvieron bajo el Papa Francisco, pueden tener en realidad menos posibilidades que otros considerados menos probables”, afirmó.
Nash recordó que, antes del cónclave de 2013, el Cardenal Angelo Scola era “un hombre al que muchos veían como el continuador del legado de San Juan Pablo II y Benedicto XVI”, pero no logró obtener la mayoría de dos tercios requerida. Los cardenales eligieron finalmente al entonces Cardenal Jorge Mario Bergoglio, quien tomó el nombre de Francisco.
Los cardenales ya se han reunido durante más de una semana en congregaciones previas al cónclave, pero como señaló Nash, estas no son públicas.
“Cuanto más público es el proceso, más probable es que los cardenales puedan verse negativamente influenciados por distintos medios de coerción, incluso por líderes políticos”, dijo. “Y varios actores han tratado de influir en las elecciones papales a lo largo de los siglos”.
Nash recordó que la constitución apostólica Universi Dominici Gregis de 1996 pide a los cardenales que se abstengan de recibir o enviar mensajes fuera de la Ciudad del Vaticano durante el proceso electoral, y les prohíbe recibir periódicos, escuchar la radio o ver televisión.
Ese mismo documento prohíbe cualquier “pacto, acuerdo, promesa u otro compromiso de cualquier tipo” para votar por una persona específica, pero no prohíbe el intercambio de opiniones antes de la elección ni las discusiones durante el cónclave que ayuden a llegar a un consenso.
“Las congregaciones previas al cónclave brindan a los cardenales electores una amplia oportunidad para obtener la información que necesitan de sus compañeros”, explicó Nash. “Y quienes intenten hacer campaña pública por sí mismos o por otros pueden estar seguros de que socavarían su propia credibilidad y candidatura”.
¿Es moral apostar sobre un cónclave papal?
Algunos católicos han cuestionado la moralidad de apostar sobre el cónclave.
Apostar en un cónclave solía estar expresamente prohibido por el Vaticano, pero esa norma ya no está en vigor. El Papa Gregorio XIV prohibió “bajo pena de excomunión” cualquier apuesta sobre la elección de un papa o la creación de cardenales mediante la bula Cogit Nos de 1591. Sin embargo, una revisión del derecho canónico en 1918 no mantuvo formalmente esta prohibición, y no se ha implementado ninguna nueva.
Aun así, Nash expresó sus reservas sobre las apuestas relacionadas con un cónclave.