La Paz, 26 de febrero (Urgentebo).- Tras los últimos hechos acontecidos y la crisis política, económica y social por la cual pasa Venezuela, el 80 por ciento de la población creen que el gobierno de Maduro concluirá en un corto tiempo, indicó en entrevista con Urgentebo la politóloga y docente de la Universidad Simón Bolívar, Colette Capriles.
“Hay algunas mediciones que se han hecho, es de un cambio rápido, en lo inmediato, porque la percepción que tiene la mayoría de la población, y hablo de un 80 por ciento aproximadamente, es que el país está en una crisis extremadamente dura y que tiene que ser resuelta y que Maduro no puede darle respuesta a esta crisis”, señaló.
El 23 de enero, el titular de la Asamblea Nacional, Juan Guiadó, juró como presidente encargado de su país, luego de ello, hasta la fecha, el parlamentario ha logrado el reconocimiento y apoyo de 52 países. Esto conllevó a que Maduro pierda respaldo a nivel internacional y que nuevamente la población venezolana salga a las calles a marchar
En tal sentido, Guaidó inició a ejercer funciones y solicitó apoyo a la comunidad internacional para acabar con la escases de medicamentos y alimentos. Por lo cual llagaron a las regiones fronterizas de Cúcuta y Roraima aproximadamente 450 toneladas de ayuda humanitaria.
El pasado sábado, miles de voluntarios se dirigieron a estas zonas para hacer ingresas la cooperación internacional, y al momento que los camiones cruzaban, fueron reprimidos por la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y grupos armados afines a Maduro. Producto de esto, de manera extraoficial, se conoce que al menos 10 personas murieron y más de 280 fueron heridas.
Capriles manifestó que este hecho provocó la indignación población y que además, lo acontecido desde hace años en Venezuela, hacen que un gran porcentaje de la gente considere que Maduro no es la solución a sus crisis y por lo cual debe haber un cambio de gobierno alternativo al chavista, el cual por el momento solo es respaldado por las Fuerzas Armadas y la Policía.
¿Cree que los militares puedan revelarse al gobierno de Nicolás Maduro, existe es posibilidad?
Esa es la pregunta más importante, porque todo el escenario construido por Guaidó, por la oposición, ha sido precisamente tratar de quitarle a Maduro el apoyo militar. El gobierno venezolano el sábado trató de mostrar como una victoria el hecho de que no haya habido una especie de pronunciamiento masivo de oficiales (del ejército), está ignorando que si hubo alrededor de 100 miembros de las Fuerzas Armadas que desertaron y eso está ahí; muestra que hay un gran malestar en las Fuerzas Armadas.
Pero al mismo tiempo sabemos que las Fuerzas Armadas venezolanas están muy controladas por fuerzas de inteligencia y no es esperable que haya una especie de pronunciamiento masivo o que haya una ruptura inmediata de la cúpula de las Fuerzas Armadas, que puede romper con Maduro y asumir el cambio político.
Pareciera más bien que el movimiento va a ser progresivo, falta que vaya deteriorando más la situación para que las Fuerzas Armadas reaccione, eso no va a ser un proceso limpio en el que simplemente los militares le digan a Maduro que se vayan, no está planteado en este momento así por la misma cohesión interna que tiene el alto mando militar con Maduro.
El tema militar necesita otras condiciones, creo que la promesa de amnistía no ha sido digerida por lo militares, todavía. Hay mucho temor, hay muchísima vigilancia de los cuerpos de inteligencia. Yo diría que Maduro todavía conserva un buen control de la Fuerzas Armas.
Quizás lo que ocurrió el sábado cause que se produzcan defecciones en las Fuerzas Armadas, pero eso no es algo que se va a ver de inmediato en las Fuerzas Armadas, por el momento veremos su efectos. Con las Fuerzas Armadas todavía la situación no está clara.
Tras la represión a los voluntarios, las personas por las redes sociales y los gobiernos que no apoyan a Maduro cuestionaron esta acción ¿esto no deteriora más la imagen del líder chavista?
En realidad todo lo que ocurrió el sábado deteriora mucho más a Maduro, en el mediano plazo, vamos a llamarlo así. Una de las cosas que ocurrió el domingo es un pronunciamiento de Michelle Bachelet, que se había mantenido muy callada siendo que es alta comisionada de los derechos humanos de la ONU.
La presión que ocurrió de los acontecimientos del sábado la obligaron a pronunciarse en una declaración que es bastante fuerte, dentro de ese lenguaje diplomático. Es decir en lo inmediato, el deterioro de la reputación de maduro es brutal, lo que ocurrió el sábado, que además fue cubierto por gran cantidad de medios internacionales, no puede ser borrado.
La violencia, el ensañamiento y eso de las fuerzas paramilitares ha sido un error tremendo que va a tener consecuencias, pero en lo inmediato obliga un escalamiento y a esta estrategia de tener que redefinir la estrategia de la oposición. Es también una postura que señala de alguna manera al mundo que Maduro no va a negociar, no va a ceder y que lo van a tener que sacar por la fuerza.
Esto deteriora los apoyos internacionales o la imagen del gobierno de Maduro, pero a cambio de eso él gana un cierto apalancamiento, que obliga a la oposición a considerar opciones de escalamiento del conflicto, que tiene consecuencias para el país, la oposición y la inmediata paz del país.
Es un juego muy duro, muy difícil y muy cruel, eso también es una de las cosas que a todos los venezolanos nos tiene asombrados; el nivel de crueldad con el que las cosas ocurrieron el sábado, sobre todo en la frontera con Brasil, eso es inédito.
Entonces, ¿cuál sería la solución para aplacar la crisis por la que pasa Venezuela?
Mi opinión es que el tema de la ayuda humanitaria no se cierra con lo ocurrido el sábado, el tema de la ayuda humanitaria continúa y debe mantenerse la presión para que esa ayuda humanitaria llegue y ese es un frente que no se puede abandonar.
Hay que presionar para que el Gobierno de Maduro acepte esa ayuda humanitaria y permita que pase esa ayuda humanitaria aunque no sea de manera espectacular como se propuso hacer el sábado, pero que pase, creo que hay algunos planes al respecto para cómo hacer pasar esa ayuda por las fronteras.
La lucha contra un régimen como el madurista necesita manejarse en varias líneas estratégicas simultaneas, la ayuda humanitaria y el voluntariado es una fuerza social que es muy importante que se mantenga, no solo porque políticamente mantiene activa la idea de un cambio y de la necesidad el cambio político, sino porque tenemos necesidades en términos de nutrición, medicina y atención hospitalaria, eso tiene que seguir como presión especifica.
Por otra parte la cuestión militar también tiene un escenario posible, porque si no la presión sobre lo militares venezolanos no tiene efecto y por otra parte se tiene que construir las mediaciones necesaria para una negociación en el sentido de poner orden para la transición políticas.
¿La salida de Maduro está cercana o concluirá su mandato?
La expectativa de la gente, incluso ya hay algunas mediciones que se han hecho, es de un cambio rápido, en lo inmediato, porque la percepción que tiene la mayoría de la población, y hablo de un 80 por ciento aproximadamente, es que el país está en una crisis extremadamente dura y que tiene que ser resuelta y que Maduro no puede darle respuesta a esta crisis.
Pero si hay una porcentaje pequeño, alrededor del 20 por ciento, que tiene mucho temor de cualquier cambio político porque asocian su supervivencia a la presencia de Maduro.
Una cosa interesante es que la mayoría de la gente está dispuesta a acudir a unas elecciones para consolidar un nuevo gobierno, la gente está esperando el cambio pero también están confiando de que el cambio sea lo menos traumático. Eso es importante porque es una manera de demostrar que los venezolanos queremos paz y no la guerra.
Sin embargo, la idea de que haya una intervención militar o un tipo de acción militar que desaloje a Maduro, es una idea bastante popular, no llega tanto como al 80 por ciento pero es bastante popular. Lo que quiero decir con esto es que hay una expectativa de cambio muy fuerte y de cambio en el corto plazo, que es uno de los grandes activos que tiene Guaidó. En Guaidó también hay bastante presión para que conduzca a un cambio lo antes posible, eso está bastante claro.
Yo personalmente no veo al gobierno de Maduro prolongándose demasiado en el tiempo, porque la situación estructural de la economía venezolana es demasiado mala, es imposible, no tiene solución dentro del esquema madurista. No veo a este gobierno prolongando por más años, para nada, está muy deteriorado y está muy tocado en sus bases.
Mucho del discurso del gobierno de Maduro ofrece a la población una especie de camino de sacrificio y de guerra popular prolongada, usan mucho ese término. Están exhibiendo constantemente videos de milicianos, de civiles vertidos con uniformes haciendo prácticas militares y olvidan que el gran secreto de la guerra popular prolongada, como ocurrió en la guerra de Vietnam, que no se puede comparar con lo que pasa en Venezuela, pero en el imaginario madurista se comparan, es el apoyo popular, que es lo que no tiene Maduro.
En ese aspecto, la supervivencia del régimen de Maduro en el mediano plazo está muy comprometido, porque la vida cotidiana en Venezuela se ha vuelto un infierno, es decir: el deterioro de la gestión, la incapacidad que tiene el gobierno de Maduro de gestionar lo público, los mínimos servicios públicos, es demasiado intensa, es imposible de mantener. Más allá de cualquier amenaza externa la amenaza de Maduro es Maduro mismo.
¿Cuánta parte de la población venezolana pide la intervención militar?
No le puedo decir la cifra exacta porque no la tengo a mano, pero me han comentado que puede ser alrededor del 60 por ciento, del 55, más o menos, es bastante grande, no es una mayoría tan brutal como la mayoría que quiere que se vaya Maduro, pero eso puede haber variado desde el sábado porque la violencia madurista provocó una indignación muy importante. Una intervención militar no creo que sería repudiada por la población en un primer momento.
¿Qué busca Maduro con la difusión de los videos de los milicianos, apelar al civismo o la conciencia nacional para que lo apoyen?
En la doctrina militar chavista ocupa un espacio muy importante la idea de la unión cívico-militar, la idea del ejército popular, que es parte de la mitología de la izquierda estalinista y de la izquierda cubana, la idea de que es el pueblo en armas el que defiende la revolución, lo cual es una ficción porque Cuba es una sociedad militarizada por una fuerza especializada.
En realidad también es una forma de clientelismo porque esos ejercicios militares implican una retribución monetaria. Pero básicamente es mostrar que el pueblo defiende la revolución.
Pero sí tiene ese efecto como de propaganda, de mantener la idea de que el pueblo apoya a Maduro y de que están dispuestos a defender su revolución.
¿Qué lección les deja esto a los venezolanos?
Primero es una gran indignación, pero creo que detrás de toda esta experiencia va quedar la lección de que los venezolanos tiene que ser más responsables en relación a la política, de alguna manera la gente se ha dado cuenta de la importancia que tiene ser responsables en una elección, ser más responsables cuando se discuten opciones políticas.
Porque las consecuencia de una mala elección, de desentenderse de la política lo estamos viviendo todos los venezolanos hoy. Entonces dentro de todo creo que hay ese tipo de lección, pero finalmente es un momento muy emocional. Yo creo que la gente esta muy indignada, muy deseosa de poder retomar la normalidad que se ha perdido con el régimen de Maduro.
Veremos si esta experiencia se traduce en que podamos tener una democracia más participativa pero también más ordenada y que funcione como pacto social, y yo creo que esa va ser una de las grandes dificultades, porque vamos a tener una sociedad dividida, muy dolida, con muchas ansias de venganza.
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