Noviembre 03, 2024 -H-

Ahora la bisexualidad es una moda para muchos


Martes 7 de Mayo de 2024, 5:30pm






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Revista Oxígeno (Jacqueline Maydana)- Manuel tiene 19 años y siente que está verdaderamente enamorado de su nueva pareja, un muchacho, de 21, que hace poco conquistó su corazón. Se agarran de la mano con fuerza, ignoran las miradas y dan rienda suelta a sus emociones. Pero no se considera homosexual, simplemente dice que pasa por un proceso en el que se descubre a sí mismo. Por eso asegura que se podría enamorar de una persona independientemente de su género.

Al igual que Manuel, en el último tiempo, muchos jóvenes y adolescentes cultivan una inusual percepción sobre cómo se identifican y su orientación sexual. Y cada vez más dicen que son bisexuales. No es nuevo, pero sí es una tendencia más pronunciada que en principio fue dada a conocer por celebridades como Kristen Stewart, Katy Perry, Amber Heard, Drew Barrymore, Megan Fox y Lady Gaga. Una inclinación que se la hace conocer con efusividad por las redes sociales.

Para entender este fenómeno es necesario conocer que la orientación sexual es entendida como el “sexo psicológico de las personas y la capacidad de enamorarse”, que generalmente se hace más latente en la pubertad, explica la sexóloga Marynes Salazar.

En el país los datos son reveladores.  La encuesta virtual para personas con diversa orientación sexual, identidad y expresión de género en Bolivia, presentada en 2022, indica que la orientación sexual que registra la mayor frecuencia es la bisexual con el 41%, le siguen las personas gays con 26%; lesbianas, 15%; pansexuales, 10%; asexuales, 4%; disidentes sexuales, 1% y el 4% corresponde a orientaciones sexuales en menores porcentajes, por ejemplo: antrosexuales, arrománticas, demisexuales, entre otros. De la encuesta participaron especialmente personas consideradas de la “generación Z”, cuyas edades comprenden los 18 y 25 años.

En la ciudad de El Alto, la bisexualidad ganó mucho terreno. Como Manuel, muchos jovencitos y adolescentes están seguros de que son atraídos tanto por hombres y mujeres. Gabriela Blas Chumacero, psicóloga y directora ejecutiva del Colectivo Wiñay Wara D.S.G (Diversidades Sexuales y de Género), comenta que ha visto un número mayor de personas que dicen ser bisexuales. Relata que un día pidió a los adolescentes de la comunidad LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transexuales) dividirse en mesas según su orientación sexual para un trabajo en equipo. Y como no suele pasar, el espacio de personas bisexuales quedó bastante repleto, a comparación de las otras en las que estaban lesbianas y gays.

¿Se trata de un “fenómeno”? En las universidades también se hace visible. Nicole Saavedra, una joven de 20 años, que estudia artes plásticas, fue una de las pocas que quedó sorprendida al escuchar a dos de sus compañeras decir abiertamente que eran bisexuales.  “Mi nombre es Sheyla y soy bisexual. Mi nombre es Rocío y soy bisexual”. Una atípica forma de presentarse, en comparación de la generación anterior. Ella misma comenta que en una anterior actividad universitaria, una docente les pidió responder la pregunta “¿saldrías con una persona de tu mismo género?” La mayoría respondió que sí.

Asimismo, Andy Alanoca, representante del colectivo LGBTI (Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transexuales, Travestis, Intersexuales) de El Alto, comenta que ha conocido a muchos adolescentes y jovencitos declararse bisexual, y cuyas edades comprenden los 13 y 14 años.

Para entender lo que ocurre en los jóvenes sobre la bisexualidad, la directora ejecutiva del Colectivo Wiñay Wara explica que ahora las y los jóvenes no se enamoran del cuerpo, sino de los sentimientos y de su ser. “Ellos manejan una propuesta de ‘no me enamoro de la persona, de sus genitales o de su género, me enamoro de su ser, de cómo me trata, cómo vivo con esa persona’. Se enamoran más de la esencia”, asegura.

Manuel coincide y afirma que “no se trata de que sea hombre o mujer, sino la persona ideal. El amor de tu vida puede ser mujer o varón y si me comprende y me acepta, no importa su género”.

Luna Charlotte, la primera mujer transexual, que se casó legalmente en Bolivia, no ve el hecho como una "moda", pero está segura de que la población LGBT ha crecido significativamente y dice que hoy es común conocer a alguien que diga abiertamente sus preferencias sexuales, ya sea bisexual, gay o lesbiana. “Se están visibilizando más, se nota la presencia de este sector en la sociedad”.

¿Es una moda?

¿Por qué cada vez más personas se perciben como bisexuales, gays o lesbianas? Los especialistas apuntan a que ahora, los jóvenes y adolescentes buscan experimentar, así sea sin pasar por un proceso para descubrir su orientación sexual. Ellos quieren mostrarse diferentes a los demás, quizá incluso para encajar en una sociedad donde “lo nuevo es visto como el boom”.

Y así se consta en el testimonio de Manuel, quien cuenta que tiene amigos que se consideraban bisexuales, pero pasando un tiempo, volvieron a ser heterosexuales. “Es muy popular ser bisexual, incluso lesbiana o gay; no lo veo tanto como una forma de ser, sino lo que se populariza en redes sociales. Ya no lo hacen ver como una lucha, sino como un juego”, cuenta. Es decir, salir del closet deja de ser un acto de rebeldía.

¿Por qué es moda para algunos; mientras que para otros es un largo proceso de aceptación?, el psicólogo terapeuta Dante Bustillos explica que hay “niños trans” por cuestiones biológicas, hay quienes padecen de dismorfia corporal o han vivido traumas fuertes en su niñez, que los orillan a rechazar personas del otro género. Y, el especialista dice que hay “chicos que manejan el tema como una moda”.

La sexóloga y terapeuta Carolina Rivero argumenta que la adolescencia es un periodo de dudas y por ello dice estar segura de que muchos “realmente lo hacen por moda ‘porque es bonito’”.  También añade que conoció muchos casos de adolescentes que dijeron ser gay o lesbiana, pero después indican ‘no sé lo que me pasó, lo que pasa es que creo que era mi adolescencia. Creo que estaba mal y soy hetero’.

“Hay niñas que he conocido, he tenido varios casos, en los que los adolescentes no son homosexuales, no son lesbianas, pero dicen serlo porque queda muy bien decirlo, porque la gente te mira como alguien diferente. Y uno necesita diferenciarse”, explica. 

Por su parte, la terapeuta y psicóloga Mariela Pérez complementa que en la adolescencia, adolescentes y jóvenes empiezan a preguntarse sobre su orientación sexual, con escasa información o tergiversada. Por ello, muchas veces se trata solo de un intento para llamar la atención o ser popular.  “Eso noté en colegios. Una dice ‘soy lesbiana’ y todas se le quedan viendo, y dicen por qué será’ y sale otro diciendo ‘soy gay’, pero como moda. Al final siguen a una masa de compañeros que siguen esto, cuando realidad es un ser heterosexual”, explica Pérez.

Andy Alanoca, representante del colectivo LGBTI, de El Alto, comenta que en trabajos con los adolescentes en la urbe alteña, se ha topado con personas entre los 13  y 14 años, que se han declarado bisexuales, pero coincide en que para muchos considerarse parte del colectivo podría ser una herramienta para experimentar “cosas nuevas”.

Lo que pasa con el adolescente

Pero ¿qué pasa con el adolescente para seguir estas “modas”? La especialista Rivero explica que una característica del cerebro de un jovencito es el cambio y, por ende, la emoción. Muchos de ellos quieren tomar propias decisiones y no entrar ‘en el molde de nada’.

“Si tuviésemos que poner un cartel a los adolescentes sería ‘yo quiero decidir por mí mismo’”, explica. A esto se suma un “mundo” de inseguridades porque la adolescencia es una época de cambio. Por lo tanto, un niño que diga a los 12 años, ‘yo me siento no binario’, es un niño que sigue confundido.

El especialista Dante Bustillos cuenta que atendió a niños que se sienten diferentes y están seguros de ser lesbianas o gays. Pero él agrega que muchos a esa edad sus emociones cambian todos los días.  “Tengo pacientes pequeños, entre 10 y 11 años. Me dicen ‘creo que soy gay’. Es algo ilógico porque un niño pequeño no tiene la capacidad de comprensión, no piensa en esas cosas. Este tipo de pensamientos tiene que ver mucho con el pensamiento sexual. Se está sexualizando a la niñez, a la adolescencia. Y se les está induciendo con ese pensamiento”, explica.

El papel de las redes sociales y el descuido de los padres

En la famosa plataforma de Tik Tok, Sofia, una joven de unos 20 años, dice: “Soy bisexual, obviamente las mujeres no se acercan a ligarme porque creen que soy hetero. Soy bisexual y me han preguntado varias veces si me gustan los hombres o las mujeres…”. Sus seguidores comentan más dudas que certezas y analizan el video, que ya tiene miles de vistos.

La sexóloga y especialista en diversidades sexuales, Marynés Salazar, indica que las redes sociales han ayudado al acceso a mayor información y ha mostrado que “puedes enamorarte de cualquier persona”, de ahí que muchos adolescentes se muestran más abiertos para expresar sus preferencias.

“Seguro que las redes sociales pueden ayudarte a tener más información, el mundo virtual nos ha abierto acceso a mucha información. Sí (las RRSS) pueden tener que ver con estas prácticas, pero no hay que confundir con que las detonen, en realidad muestran diferentes aspectos del enamoramiento”, asegura.

En esa misma línea, la psicóloga Chumacero indica que las redes sociales ayudaron a muchos jóvenes y adolescentes a descubrirse así mismos, especialmente después de la pandemia, porque en el encierro, los chicos han estado al pendiente de la tecnología.  Es decir, hay un antes y un después sobre la forma de percibir el mundo. “Muchos de ellos entraron a la pandemia siendo púberes y salieron siendo adolescentes. Sus mejores años de la adolescencia. Me dicen ‘yo sigo a tal tiktoker, a tal youtuber, eso les ayudó a visibilizar sus sentimientos, a ser fijados por esos tiktokers y youtubers que hablan de su sexualidad libremente a los que ven como ejemplo”.

No obstante, el terapeuta Dante Bustillos, discrepa y asegura que las redes sociales los ha confundido, en lugar de ayudarles, sobre su orientación sexual. Lamenta que los muchachos no tienen como referente a sus padres, sino a artistas, tiktokers y youtubers.  “Estos influencers tratan de ser inclusivos, usan ropa de otro sexo, las canciones de hoy son muy explicitas, muy sexuales. Tenemos a niños pequeños cantando canciones que no corresponden a su edad, se los sexualiza”, afirma Bustillos.

Además, dice que la pornografía, hoy muy accesible, distorsiona a los niños y les induce a experimentar sobre su cuerpo o “salir de lo común”. “Hay una inducción en el sistema de creencias de niños púberes y adolescentes, que justo están en la etapa de mayor crisis dentro del desarrollo de una persona”, añade.  

La diferencia es sustancial, expone Bustillos, si bien antes los chicos estaban preocupados por jugar o en tener novio o novia, ahora se preocupan por su identidad sexual, empujados por lo que consumen en las plataformas digitales

Para la sexóloga Carola Rivero, el gran peligro de la excesiva relación con las redes sociales, es la distorsión: hay adolescentes que son “bisexuales por moda” y que difunden contenido en sus redes, sin serlo realmente.

“Por publicarlo demasiado me termino convenciendo de algo que en realidad no soy, ese es el gran peligro. Eso no permite mirarte hacia adentro y el adolescente, más que nadie, necesita mirarse así mismo para aceptarse”, indica.

Además, otro peligro, según la experta, es que mucha gente sigue patrones. Mientras ve a alguien bisexual, “siendo feliz”, intenta sentir la misma emoción y ponerse dicha etiqueta. Pero al ver que no le trae la felicidad, prefiere seguir otro patrón, por ejemplo lesbiana o gay, y se genera una cadena que nunca podría acabar. Por lo tanto, la persona vive toda su vida buscando su identidad y con la incógnita de quién es. Los especialistas coinciden en que los padres deben velar por lo que hacen sus hijos en las redes sociales, a qué celebridades admiran y por qué.

En esa línea, mientras los padres no les dediquen tiempo a sus hijos, se genera en ellos la incertidumbre y con ella la depresión y los vicios, que lamentablemente, siempre son vías de escape.

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