Un accidente de tránsito cambió por completo la vida de la familia de Jenny. Julia no solo carga con el peso de la viudez reciente y dolorosa, sino también la preocupación de ver a su hija de 24 años postrada en la Unidad de Terapia Intensiva (UTI), entre la vida y la muerte y a kilómetros de Caranavi, su pueblo natal.
Jenny, la joven madre que está en la UTI, tiene dos hijos: el menor tiene un año y 8 meses y el mayor, 3 años. Su mamá Julia cuenta que viven en la colonia Florida, de la central Santana, en la provincia Caranavi. Su hogar es una casa sencilla “construida de palitos", vivienda construida por su esposo Dionisio Mamani Laura, y donde viven tres de sus cinco hijos, incluyendo a su penúltima hija Jenny, su yerno Joel Ángel y nietos.
La responsabilidad de mantener este hogar en pie recaía sobre los hombros de Dionisio, un agricultor que cultivaba frutas las ponía a la venta. Pero lamentablemente perdió la vida en el trágico suceso que ha marcado a toda la familia.
El hecho trágico
El sábado 8 de noviembre, Jenny viajó junto a su padre, esposo a hijos al municipio de San Ignacio de Velasco, en el departamento de Santa Cruz, con el fin de vender su vehículo, ya que necesitaban dinero por algunas deudas pendientes.
Días antes, Joel había logrado conseguido vender el vehículo, pero al día siguiente el nuevo dueño se apersonó al domicilio de Julia, para indicar que la venta se quedaba sin efecto porque una de las chapas del coche estaba dañada. Pidió la devolución del dinero, pero el marido de Jenny no pudo hacerlo, porque ya había dispuesto parte del monto
Así, vendedor y comprador hicieron un documento en el que Joel se compromete a devolver el dinero en un plazo de 15 días hábiles. Por ello se puso en campaña y logró hallar un segundo interesado quien vivía en el municipio de San Ignacio, en Santa Cruz. Joel pidió a su suegro Dionisio, que lo acompañe. Dicho y hecho, el viaje se hizo así, además con la compañía de su esposa y dos hijos.
A las 19.40 de ese sábado, Julia recibió una llamada de Joel con la novedad de que su familia sufrió un grave accidente. Todos los que estaban dentro del vehículo quedaron heridos, pero el que se hallaba en estado crítico era el jefe del hogar Dionisio, su hija Jenny también estaba muy herida.
Viaje sin retorno
Horas después, Julia recibió una segunda llamada, esta vez desde el hospital Germán Busch, del municipio de Trinidad (Beni), con el mensaje de que debe ir cuanto antes hasta la capital trinitaria. Cuando llegó, junto a sus otros hijos, recibió la noticia de que su compañero de vida, estaba en la morgue.
El resto de su familia estaba en diferentes centros médicos. Su yerno estaba con el hígado lastimado, hemorragia interna. Su nieta fue internada en la Unidad de Terapia Intensiva de otro hospital por una fractura de clavícula. Fue sometida a cirugías y fue dada de alta.
Su hija Jenny fue llevada al hospital Germán Busch y luego derivada a la Unidad de Terapia Intensiva por el grave cuadro clínico; sufrió una hemorragia interna, perforación intestinal, cuatro fracturas graves en el pie y una en la mano. Julia dijo que “todo está roto”.
Deudas
Jenny batalla por salvar su vida. El pronóstico no es nada alentador a causa de sus fracturas. La cirugía aun no es posible, ya que los médicos le dijeron a Julia que su hija debe curarse de las complicaciones secundarias, como las infecciones en los pulmones, la anemia severa y los problemas en la sangre. “No hay cuando se sane mi hija y la estamos viendo, queremos curarla, pero me parece que se está pudriendo”, sollozó.
Día que pasa en Trinidad es una tortura financiera, el vehículo de su yerno no tenía el Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito (SOAT), que todo motorizado debe portar. Y la hermana de Jenny, Luz dice que el Sistema Único de Salud (SUS), no cubre los gastos médicos de hechos tránsito.
Los gastos médicos se acumulan, ya que el uso de la Unidad de Terapia cuesta Bs 1.000 por día, además de 1.800 a 2.000 bolivianos en gastos para los medicamentos.
La señora Julia contó que hicieron el pago de 20.000 bolivianos al hospital para cubrir los gastos médicos de su nieta, gracias a un préstamo que lograron. “Ya me gasté harto dinero, me he endeudado, no sé qué voy hacer”, clamó Julia. Al hospital Germán Busch de Trinidad le deben aproximadamente 60.000 bolivianos.
La petición de ayuda
Precisamente por todo eso, la señora Julia acude a la ciudadanía boliviana para pedir apoyo económico, para cubrir los gastos del hospital y lograr que su hija Jenny sea trasladada a la ciudad de La Paz.
La señora Julia y su familia no viven en Trinidad, sino en Caranavi, lejos de la cama del hospital donde su hija se encuentra internada. Con lágrimas en los ojos, pide el apoyo de la población, para que su hija sea atendida en un centro médico de la Paz y le hagan la cirugía que le devolverá la capacidad de volver a caminar.
El único anhelo de Julia es que su hija se recupere, mientras ella intenta encontrar la fuerza para seguir adelante tras la pérdida de su amado esposo.
Tu aporte es vital para poder salvar la vida de Jenny y quitar esta angustia por la que atraviesa la familia.
PEQUEÑO RECUADRITO
Contactos de referencia:
Julia Valencia, 73599088
Luz Mamani Valencia, 67042937
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