Julio 21, 2025 -HC-

Xabier Albó, el jesuita que logró que Bolivia reconozca a indígenas y campesinos


Sábado 21 de Enero de 2023, 2:45pm


La Paz, 21 de enero (Jacqueline Maydana, Urgente.bo).- “Era muy jovial, siempre le salían buenos chistes y era curioso, muy curioso”, recuerda un colaborador del jesuita Xavier Albó Corrons, el sacerdote, antropólogo y lingüista “boliviano por propia decisión”, quien dejó de respirar este pasado 20 de enero, a los 88 años. A parte de su gran personalidad, el jesuita es reconocido por los bastantes e importantes aportes a favor de los pueblos indígenas campesinos originarios de Bolivia.

“En 1990 Xavier Albó organizó un seminario que se llamó Por una Bolivia Diferente, en la que planteó una organización política del país que en varios sentidos fue la base del Estado Plurinacional. Su búsqueda constante fue lograr un mejor reconocimiento de los pueblos indígenas, que conoció, teorizó y trató de apoyar a lo largo de toda su vida.  Parte de una generación de jesuitas a la que el país le debe mucho, quedará, como Espinal, indisolublemente unido a la historia de su patria boliviana”, escribe el periodista Fernando Molina en su cuenta de Facebook.

Albó murió en la residencia Nuestra Señora de la Esperanza, Cochabamba, que es parte de la comunidad jesuita. Hace seis años, el P’ajla (cabeza pelada en aymara) fue operado de un tumor que tenía en el cerebro y su salud se complicó por una hemorragia cerebral, según Marcos Recolons SJ, superior de la Compañía de Jesús. Nació el 4 de noviembre de 1934 en La Garriga, Cataluña, España y se consideraba boliviano por “propia decisión”. De hecho se nacionalizó tras el asesinato del también jesuita Luis Espinal.

Su infancia no ha sido fácil, puesto que su padre fue asesinado a inicios de la Guerra Civil, en 1936, cuando Albó solo tenía dos años. Según el libro “Curioso Incorregible”, en el que el jesuita escribió su biografía, él quería ser geógrafo, pero la vida lo llevó a ser sacerdote. Albó decidió hacerse jesuita en septiembre de 1.951 y vino a Bolivia a sus 17 años para desempeñar su ministerio sacerdotal.

Sus aportes a los pueblos indígenas

Desde que llegó, en 1952, el padre Albó empezó a trabajar con pueblos indígenas, inicialmente en los valles y  luego en el altiplano. Y “viendo la miseria y las necesidades de los pueblos” fundó el Centro de Investigación y Población del Campesinado (CIPCA), en 1971, junto con otros padres de la Compañía de Jesús, recuerda Fredy Villagómez, director del regional CIPCA Altiplano.

“Su preocupación era mejorar las condiciones de los pueblos indígenas originarios campesinos, que para entonces estaban en condiciones muy precarias, la educación no era de calidad. Además, había pueblos indígenas que estaban en la Amazonía que estaban explotados, entonces esa situación le ha movilizado para que sea creada una organización para los pueblos indígenas”, relata. Albó trabajó a favor de los pueblos de las tierras altas y bajas de Bolivia.

Villagómez recuerda que trabajó con Albó casi en todo el país, para apoyar la producción agropecuaria y ganadera en busca de un modelo de desarrollo sostenible para que las familias tengan mayor producción a fin de alimentarse y comercializar.

Otro aspecto importante en el que trabajó Albó fue el fortalecimiento organizativo de los pueblos indígenas originarios campesinos. Una de las principales preocupaciones del jesuita es que esta parte de la población tome espacios de decisión orgánica y política. “Me decía: ‘son tantos los pueblos indígenas, pero no toman la palabra’”, recuerda Villagómez y agrega que el jesuita buscó empoderar a esta parte de la población y lo logró a través de la capacitación, formación, asistencia técnica, producción de materiales, afiches, programas radiales”, menciona.

En ese marco, el padre Xavier contribuyó para que se incorpore el término indígena originario campesino en el censo de 2002.

Por su parte, el exdirector de la Fundación Tierra, Gonzalo Colque, recuerda que Albó, a quien cono-ció por los 90, se encargó de estudiar la historia de los pueblos, que después plasmó en libros. Además, contribuyó con sus estudios y propuesas en la Constitución Política del Estado (CPE) y la Asamblea Constituyente, promoviendo el reconocimiento de los 36 pueblos indígenas.

“Don Xavier ya tenía bastante conocimiento por sus investigaciones, daba clases en las universidades, ha sido por muchos años responsable de los jesuitas, de los padres de la educación indígena y de la problemática indígena en América Latina”, comenta.

Añade que era inevitable que para estos cambios en la CPE, la gente encargada, el Gobierno y autoridades acudan a él. No fue un asesor pagado, asegura.

Albó siempre será recordado por los granes aportes que hizo al país y deja un vacío a la investigación y el camino del empoderamiento de los pueblos indígenas.

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