La Paz, 13 de septiembre (Eva Yapura Velásquez, Urgente.bo).- Un total 36.629 denuncias de violencia sexual se reportaron en el país durante los últimos cinco años (2018-2022). Cada día se registran 30 nuevas víctimas, de acuerdo al informe del Ministerio Público. Las cifras hablan por sí solas, los grupos más afectados son los niños, niñas y adolescentes. Sin embargo, al margen de aquellos miles de casos, hay otros que no reciben la atención necesaria por parte de las autoridades, ya que el abuso sexual es normalizado en Bolivia y no tiene la significancia que merece por la carencia de información y la falta de un sistema de educación integral de la sexualidad.
El periódico digital Urgente.bo se contactó con Tania Sánchez, Coordinadora de la Mujer, Dra. Marynés Salazar Gutiérrez, Directora de Psinergia y el abogado penalista Ricardo Maldonado para evaluar cómo es percibido el abuso sexual en el Estado y la sociedad.
“La violación sexual no es peor que el abuso sexual, ambos hechos delictivos pueden afectar a la víctima La relevancia es la misma, de ahí la necesidad que la población en general conozca cuándo una es víctima de algún tipo de violencia”, dijo Tania Sánchez.
Salazar también concuerda con la insignificación que existe sobre el abuso sexual. “Como sociedad reducimos la sexualidad a los genitales, reducimos la violencia a la evidencia física. Vemos la violencia sexual importante solo como aquella, donde hay una penetración genital”.
Pero, ¿cuál es la diferencia entre violación sexual y abuso sexual? El abogado penalista Ricardo Maldonado señaló que el Código Penal boliviano tiene la siguiente tipificación:
En el Artículo 308. (violación). - Actos sexuales no consentidos que importen acceso carnal, mediante la penetración del miembro viril, o de cualquier otra parte del cuerpo, o de un objeto cualquiera, por vía vaginal, anal u oral, con fines libidinosos; y quien, bajo las mismas circunstancias, aunque no mediara violencia física o intimidación, aprovechando de la enfermedad mental grave o insuficiencia de la inteligencia de la víctima o que estuviera incapacitada por cualquier otra causa para resistir.
Artículo 312. (abuso sexual). - Actos sexuales no constitutivos de penetración o acceso carnal, la pena será de seis (6) a diez (10) años de privación de libertad. Se aplicarán las agravantes previstas en el Artículo 310, y si la víctima es niña, niño o adolescente la pena privativa de libertad será de diez (10) a quince (15) años.”
Salazar se sumó a la preocupación por la normalización del abuso sexual y expresó que “la sexualidad es nuestra forma de ser en el mundo, no se reduce al erotismo ni al coito o a los genitales, esto para entender que cuando hablamos de violencia sexual estamos hablando de una lucha de poder para someter a una persona”.
En la misma línea identificó de forma más profunda los seis tipos de violencia sexual, cada uno de ellos con consecuencias psicológicas, sociales y familiares:
De privación. Este tipo de abuso tiene que ver con evitar que haya un desarrollo natural de la sexualidad con frases como: “qué cochino que eres, ¿qué te estás tocando?, ¿qué estás preguntando?, ¡no te metas con mis hijos!”. Es la limitación del acceso a la información para denunciar el cual se constituye en una violencia sexual. Como consecuencia no deja que se dé el desarrollo de sexualidad, se daña a las personas que exploran sus cuerpos, puede provocar el temor a formar pareja, disfunciones sexuales anorgasmias, eyaculaciones retardadas.
Hipersexualización es el extremo de la “depravación”. Pone a niños niñas y adolescentes como objetos eróticos vistiéndoles o haciéndoles comportar como adultos como una forma de seducción. En consecuencia, impacta fuertemente en la autoestima de las personas, especialmente de las mujeres porque se las sitúa como objetos eróticos.
Violencia seductora, es el hecho de que un mayor seduce a una niña, niño o adolescente haciéndole sentir responsable de los actos de violencia sexual: “¿quieres ser mi chica?, ¿te gusta que te toque?, 'veremos unos videos', va a ser nuestro secreto”, eso genera que el niño niña o adolescente sienta como parte de un juego erótico.
Abuso sexual acosador es la invasión a través de miradas o palabras de amenazas para que el niño, niña o adolescente acceda a diferentes formas de toques de sus cuerpos o de sus vidas. La víctima sufre huellas psicológicas y afectada su libertad sexual.
Violación sexual, es la penetración oral anal o genital del cuerpo de una persona en desacuerdo o aunque sea en acuerdo, cuando se trata de un nuño o niña adolescente. Además, hay una sociedad que las culpabiliza.
Comercialización, es una de las formas más graves, pues conlleva trata y tráfico de cuerpos y por supuesto deja secuelas fuertes y se posiciona las personas como si fueran un objeto de uso de cualquier otra persona.
POR LA EDUCACIÓN INTEGRAL DE LA SEXUALIDAD
Para la directora de Coordinadora de la Mujer, Tania Sanchez, la desinformación en los niñas, niñas y adolescentes con relación a la sexualidad es una de las causas para que los autores de abuso sexual y violación sexual perpetren estos hechos delictivos y permanezcan impunes.
“Muchas víctimas se callan o plantean que ellas fueron las culpables cuando no es lo correcto. En los últimos años se han duplicado los casos de violencia sexual. La población más afectada son las niñas, niños y adolescentes, porque primero se las intimida, amenaza y las víctimas como no conocen tienen vergüenza. El violentador aprovecha el desconocimiento e incluye despierta la culpa en la víctima para que ella sea la culpable, eso vemos con los casos que salen a la luz”, lamentó la experta.
Sanchez afirma que la prevención de la violencia sexual es una tarea integral, del Estado, la sociedad civil y de los medios de comunicación. “En Latinoamérica, estamos con mayores índices de violación sexual, el aborto impune, el abuso sexual, eso nos está diciendo la problemática que está presente, lo vemos todos los días en las noticias, hay una insensibilización del tema que nos afecta como sociedad”.
Asimismo, la doctora Salazar expresa que “hay una ausencia de la educación integral de la sexualidad, hay un manejo morboso de la sexualidad por parte de las personas, de los medios de comunicación, de la sociedad en general, hay un manejo en tabú de la sociedad”.
Por esa razón, la profesional invita a los padres de familia para que ellos se eduquen con relación a la educación integra de la sexualidad y posteriormente exijan este tipo de temas en el sistema educativo que vaya más allá de una materia con relación a la edad de los estudiantes con el fin de luchar contra la violencia sexual y se reconozcan los tipos de abuso sexual.
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